Brutal asalto en un salón de fiestas de City Bell
Edición Impresa | 15 de Julio de 2017 | 04:30

Eran las 7 de la tarde del jueves cuando una empleada de una casa de fiestas infantiles de City Bell escuchó el timbre del local y salió a atender.
Delante suyo aparecieron un hombre y una mujer, que enseguida le dijeron que querían conocer el salón “City Fantasy”, ubicado en camino Centenario y 461 E, para alquilarlo para un cumpleaños.
Pero las intenciones de la pareja eran otras y así se lo hicieron saber a la chica, identificada oficialmente como Jésica Carolina Cabrera, de 26 años y nacionalidad paraguaya, cuando les estaba mostrando la cocina del local.
CULATAZO, PIÑAS Y PATADAS
Mabel (43), la propietaria del comercio, en diálogo con EL DIA informó que “el delincuente sacó un arma de fuego y le pegó a mi empleada un culatazo en la cabeza, mientras le reclamaba que les diera todo el dinero que había”.
Pero a decir de la comerciante, Cabrera, para intentar conformarlo, “le dio lo que tenía en su cartera, unos 2.000 pesos y un celular”.
Entonces la que se enfureció fue la cómplice del asaltante, quien a los gritos le ordenó a la empleada que les diera más plata.
“Y como les dijo que era el único dinero que había, la ladrona atacó a trompadas y patadas a mi empleada”, apuntó Mabel indignada.
La paliza que sufrió Cabrera fue tal, que según confirmó Mabel “estuvo un día internada en observación en el hospital Rossi”.
“POR UN FAVOR QUE LE PEDI”
Tras manifestar su cansancio por las pocas horas de descanso que tenía, debido al violento asalto suscitado en su local, la comerciante reveló que “lo peor de todo fue que mi empleada tuvo la mala suerte de sufrir este episodio, por un favor que le pedí”.
Explicó en tal sentido que “como tenía que llevar a mis dos hijas a una clase de danzas, le había dicho que me cubriera atendiendo el local durante una hora. No es su tarea habitual, porque ella es camarera de nuestro catering. Y justo vino a darse el asalto mientras me reemplazaba”.
Mabel hizo saber además que, por lo sucedido, “con otros dueños de salones de fiestas de esta zona pagaremos un servicio para tener presencia policial permanente. Otra no queda”.
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