Dolores de cabeza

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Comprar una casa, además de la burocracia y el papelerío que demanda el trámite bancario, conlleva un sinnúmero de dolores de cabeza. Pasada la etapa de la presentación de la documentación y el posterior visto bueno crediticio, hay que salir a buscar la vivienda que nos deje satisfechos en todos los aspectos, ya sea por su ubicación geográfica, las condiciones de habitabilidad, sus dimensiones, la cantidad de ambientes que posee, la iluminación de cada sector y hasta la evaluación de los accesos a los medios de transporte.

No es menor el detalle de que cuente con la documentación adecuada por tratarse de un crédito hipotecario. Y hoy por hoy en el mercado platense no es una tarea sencilla conseguir que la propiedad cumpla con la condición de “apta banco” (entre otras cosas se requieren los planos y, en algunas entidades, hasta todos los metros construidos declarados).

Otro cantar es si la elección es embarcarse a construir. Salir a buscar el terreno (si es que no lo tiene el solicitante) será el primer paso ya que el monto otorgado no lo contempla. Luego llegará el momento de acordar con el arquitecto/a qué casa queremos construir en base al dinero que se dispone. La confección de los planos y la aprobación de los mismos en los entes municipales y provinciales, también demandará un tiempo prudencial. Recién cuando se cumplan todos estos requisitos se podrá ingresar la documentación para iniciar la obra y empezar a recibir los 3 desembolsos de dinero que hará el banco. Cabe resaltar que para este destino, en algunas líneas de crédito, el cliente recién empezará a pagar la cuota una vez finalizada la vivienda.

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