Un joven que iba a la mezquita y jugaba al fútbol

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Younes Abouyaaqoub (22), considerado el autor material del atentado perpetrado en Barcelona que causó 14 muertos y más de 100 heridos, así como del ataque de horas después al sur de la ciudad española en el que mató a una persona, fue abatido ayer por la Policía. Nació en 1995 en la ciudad marroquí de Mrirt y cuando tenía 4 años se trasladó con su familia a Ripoll, una localidad industrial ubicada al norte de Barcelona y de unos 10.000 habitantes, donde residió el resto de su vida.

Allí cursó el secundario y, según vecinos que lo conocían, se relacionaba sobre todo con jóvenes también de origen marroquí. Tenía cuatro hermanos: uno del mismo padre y el resto de padre y madre. Uno de estos tres era Houssaine, muerto junto a otros cuatro en el tiroteo con la Policía en Cambrils, al sur de Barcelona, horas después del atentado en Las Ramblas.

Su aspecto era el de cualquier chico de su edad. Jugaba al fútbol y acudía asiduamente a la mezquita. Nada hizo sospechar a su familia que junto a otros jóvenes de su entorno preparaba desde hace meses atentados de gran alcance en España. Tras la masacre de Barcelona, su madre, consternada, pidió a su hijo públicamente que se entregara a la Policía. “Prefiere que esté en la cárcel a que esté muerto”, explicó una prima del presunto terrorista que tradujo las palabras de su madre.

El rostro anónimo de Abouyaaqoub saltó a las páginas de los principales diarios españoles un día después de los ataques en Cataluña. Ayer, el joven más buscado por la policía gritó “Alá es grande” antes de ser abatido.

 

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