Clima de Clásico en Montevideo, con muchos hinchas argentinos
| 31 de Agosto de 2017 | 21:47

Sabido era de antemano la importancia del partido, del clásico más antiguo del mundo. Uruguay golpeado en su amor propio en sus últimos tres partidos pero con boleto momentáneo al Mundial, y Argentina ávido de puntos, mirando de reojo la zona de repechaje de las Eliminatorias.
El clásico, de una y mil batallas, algunas de ellas históricas y mundialistas, presentó un marco encantador, acorde a aquellas circunstancias, y sin dudas le hizo honor a la magnitud del evento, con los amigos Luis Suárez y Lionel Messi como artistas principales, por un minuto unidos en la postulación del Mundial 2030.
El Centenario fue una caldera. Un hervidero en el que no faltaron los cantos entre unos y otros, pese a que los argentinos eran una minoría, ruidosa, pero minoría al fin, en el costado izquierdo de la tribuna América del mítico estadio montevideano. Allí causó la molestia mayor en los locales con el viejo y querido "el que no salta, es de Uruguay".
Gran cantidad de familias con sus caras pintadas de albicelestes y con casacas, esperaron impacientes el inicio de un encuentro de los realmente importantes, mientras la orquesta sinfónica del Servicio Oficial de Difusión, Radiotelevisión y Espectáculos (SODRE) intentaba atenuar la ansiedad.
Por los parlantes comenzó a sonar la formación argentina inicial y sorprendió el Centenario con silbidos a Messi. Y reprobó a Jorge Sampaoli por viejas heridas. Luego se escucharon los himnos, y de la tribuna Olímpica bajó una bandera negra y celeste con la leyenda "Uruguay, la historia debe continuar".
El partido en marcha rompió los termómetros y la verdad empezó a escribirse, pero donde importa, en el terreno de juego.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE