Redes anti sociales

En medio de la agenda cargada por el mercado de pases y demás prioridades para Estudiantes y Gimnasia, las diagonales futboleras siguen marcando que quieren tomar la ruta y llegar a Rosario, que cada vez está más cerca.

Hace muchos años, creo más de 20, recibí una confesión que me sorprendió pero nunca se me fue de la memoria. Un señor me miró y sin empacho alguno marcó con firmeza: “Cuando terminó el partido en Old Trafford agarré a mi hijo y a caballito lo llevé hasta calle 7 para ver como festejaban todos. Nada tenía que ver que fuéramos hinchas de Gimnasia, no me lo quería perder porque era un equipo que representaba a la ciudad”. 

No me acuerdo su nombre pero su poca altura y sus varias canas mostraban orgullo y nada de arrepentimiento por aquel gesto. Hoy, tanto tiempo más tarde, es imposible encontrar algo así. Llegamos a un punto como sociedad futbolera en donde la tolerancia y la maldita cultura del aguante nos devoró, y nos llevó a un lugar reinado por el odio hacia aquel que tiene una camiseta de otro color. Ni más ni menos que eso. Ejemplos sobran.

Un par de meses atrás el Pincha necesitó el estadio de 60 y 118 para poder jugar de local. Tras el pedido formal encontró muy buena predisposición de parte de sus pares Triperos, pero lamentablemente la dirigencia de Gimnasia tuvo que retroceder porque chocó con un grupo de hinchas y socios que le marcaron que si accedían, significaba perder una guerra o algo así. De esta manera ambos clubes se privaron de poder seguir con distintas acciones conjuntas que iban a resultar beneficiosas en lo social y en lo económico. Tampoco pudieron demostrar que la relación reinante entre las dirigencias encabezadas por Juan Sebastián Verón y Gabriel Pellegrino, goza de buena salud. 

Otro episodio repudiable ocurrió hace pocos días cuando en un nuevo clásico de Inferiores ambas instituciones decidieron dejar un mensaje claro y contundente: “Somos rivales no enemigos”. La mala educación ganó antes de jugar cualquier partido, cuando uno de los chicos de Estudiantes eligió trascender con un gesto inoportuno y fuera de contexto; justo cuando los equipos posaban juntos, mezclados y con una bandera que buscaba unir. Desde el club reconocieron el error del juvenil y el pedido de disculpas fue prioridad. Algunos hinchas lo aceptaron pero otros tantos no, y otra vez el ciber espacio se llenó de insultos y amenazas.

Hay muchos más capítulos marcados por la poca tolerancia y la bajeza, algunos con los protagonistas como principales actores (verano de 2016), y otros con los ¿hinchas? mostrando un odio visceral imposible de comprender. Dirigencias anteriores también en su momento hicieron de las suyas, pero por suerte hoy se busca otro camino y la gran incógnita es saber si podrán llegar a la meta elegida.

Por suerte los clásicos seguirán y ojalá en el corto plazo con ambas hinchadas en cancha. Con ganadores y perdedores, con las cargadas típicas de los lunes, martes, miércoles, y así hasta el próximo partido. Y ojalá ese buen hombre que una vez participó de la alegría del rival, siga tranquilo por lo realizado. No lo vi más, pero seguramente es así...

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE