Sigue la vigilia en el hospital a la espera de cada parte médico
Edición Impresa | 7 de Agosto de 2017 | 01:26

Si bien desde el jueves circulan trascendidos de todo tipo respecto de las hipótesis que manejan y las medidas que tomarían en el corto plazo los padres de la adolescente herida, respecto de las causas de su drástica decisión, desde su círculo íntimo se ratificó ayer que “nada de lo que se diga o se publique puede haber surgido de una comunicación oficial por parte de la familia”.
En un marco de reserva y hermetismo, en la antesala de la guardia del Policlínico, poblada una vez más por allegados, amigos, ex compañeros de la joven y artistas de la movida independiente local que fueron a poner el hombro a los suyos, se explicó que “ahora estamos todos unidos en esta vigilia por la salud de la nena, y no existe otra prioridad; es doloroso ver que se dicen o escriben cosas que son apenas conjeturas y no tienen el aval de los familiares”.
Desde el jueves pasado, ni bien se desató el caso, familiares y allegados a la estudiante de 15 años están en el Hospital a la espera de una luz de esperanza.
El dolor, la incertidumbre, el miedo a lo peor y las expresiones de quienes buscan una pista a preguntas sin respuestas. En la antesala de la Terapia Intensiva del Hospital San Martín distintos grupos están ahí por la misma paciente esperan una palabra de los médicos que habilite a la posibilidad de la esperanza. Los padres; otros varios familiares muy cercanos; amigos; compañeras y compañeros del Colegio de Nacional y de la Escuela Italiana, donde la chica que intentó suicidarse cursó sus estudios primarios y hasta el segundo año del secundario; profesoras; preceptores.
A LA ESPERA DE UN PARTE ALENTADOR
El lugar es un incesante desfile de gente que la conoce bien, la quiere mucho y sólo busca escuchar una noticia alentadora.
A más de un día de esa espera infernal, sentados algunos en las butacas del espacio donde una puerta y una escalera separan a los enfermos más críticos de sus allegados, otros en reposeras que llevaron para hacer apenas un poco más soportables esos instantes, entre miradas que cruzan tristeza y abrazos que intentan dar un poco de fuerza a tanto desánimo, son muchos quienes acompañan desde allí la evolución de la adolescente.
En el lugar las escasas palabras que se cruzan son para darse ánimo, buscar un remanso y esperar, periodicamente, que aparezca algún profesional con un mensaje que pueda abrir el camino de la esperanza.
Un fuerte hermetismo entre familiares y amigos es el denominador común en cada jornada, desde el jueves pasado.
Los gestos de honda preocupación se multiplican y los abrazos para darse fuerza se transforman en la postal más vista entre familiares, amigos y allegados a la adolescente.
Todos buscan que la joven pueda comenzar el camino de la recuperación, pero los informes médicos, hasta el momento, no tienen un mensaje que pueda abrir la puerta a una mejoría -ver aparte-.
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