Cuando el miedo puede instalarse en el aula

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Distintos episodios de violencia escolar que se conocieron en los ùltimos meses dan cuenta del riesgo de que el miedo pueda instalarse en el aula, un lugar que supo ser “sagrado” y seguro para docentes y alumnos.

Meses atrás un grupo de padres de la Primaria 45 denunció que hubo una batalla campal dentro del aula de un sexto grado que terminó con sillas y pupitres por el aire y una docente cobijada como pudo tratando de cuidar al resto de los estudiantes que no estaban involucrados en la refriega. Este episodio no fue negado por las autoridades de la cartera educativa y fue motivo de una investigación.

Semanas atrás, un grupo de maestras resolvió pedir licencia por las amenazas que presuntamente sufrieron por parte de un padre, quien terminó con una perimetral que no le permite acercarse a la Primaria 55.

Ahora una maestra de la Primaria 66 no quiere volver a dar clases en el colegio en el que lleva 15 meses por sentirse amenazada por alumnos y argumenta que tampoco está contenida por las autoridades del colegio de barrio Hipódromo.

La situación parece hacer lugar a la necesidad de un fuerte debate en la comunidad educativa para abordar el avance de la violencia que tiene a alumnos y docentes como víctimas y expone cómo el miedo se fue colando en las aulas para ganar, peligrosamente, un terreno que será difícil de recuperar si no enfrenta la cuestión con decisiones concretas.

 

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