Cien veces más poderosa que la lanzada en Hiroshima

También llamada bomba térmica de fusión, es el artefacto más destructivo creado por el hombre

Edición Impresa

La bomba de hidrógeno o “bomba H” lanzada ayer por Norcorea, es unas 100 veces más poderosa que la bomba atómica que estalló en Hiroshima en 1945, según fuentes del régimen de Pyongyang. El lanzamiento provocó un terremoto artificial de 6,3 grados de magnitud en Corea del Norte, y también se sintió en Rusia y China. Algunas estimaciones apuntan a que la prueba fue de entre 100 y 150 kilotones. En comparación, la bomba que destruyó Hiroshima fue de unos 15 kilotones.

Una bomba atómica o nuclear se designa con la letra N, mientras que una de hidrógeno, con la H. Las dos son, sin embargo, “parientes” en primer grado. Se trata en ambos casos de artefactos atómicos. La diferencia radica en el modo en que liberan la energía. Y esa primera distinción clasificatoria dicta la potencia que las identifica. La bomba atómica utiliza la fisión nuclear para generar su energía. En términos más simples, divide un átomo grande en dos más pequeños. En cambio, la bomba de hidrógeno o termonuclear hace lo contrario: realiza una fusión de dos o más átomos para convertirlo en uno solo más grande.

Así, la bomba atómica se basa en el concepto de fisión nuclear. Es decir, separa las partículas que componen un núcleo atómico (protones y neutrones) a fin de liberar la carga de energía en la que consiste su poder de destrucción. La bomba H comprende tres fases como un círculo que se cierra sobre sí mismo: fisión, fusión y, de nuevo, fisión. La primera fase es, para graficarlo, una pequeña y preliminar bomba atómica de plutonio (como las arrojadas en Hiroshima y Nagasaki, unas 13.000 toneladas de TNT) que conduce a la segunda etapa: la fusión de deuterio y tritio, isótopos pesados del hidrógeno, creados por la radiactividad de la primera etapa. En la tercera se produce la fisión de isótopos de uranio como consecuencia de los neutrones generados en la segunda etapa.

La reacción nuclear destructiva de una bomba atómica es en cadena y descontrolada. La de la bomba H responde, por así decirlo, a un mecanismo de acción-reacción más tecnológicamente previsible y mensurable, ya que se basa en la obtención de la energía desprendida al fusionarse dos núcleos atómicos, en lugar de la fisión de los mismos. Una vez más, la clave científica reside en las características de la fisión y la fusión. La fisión, en resumen, libera menos energía que la fusión.

La potencia de una bomba atómica se mide en miles de kilotones (un kilotón es igual a 1.000 toneladas de TNT). Y tiene un límite a causa de las características de la fisión. Una bomba de hidrógeno, en cambio, no conoce teóricamente límites. Pero puesto que, incluso dentro del discutible propósito de crear “monstruos” capaces de desencadenar el fin del mundo, no tendría sentido disponer de semejantes ejemplares, se ha “controlado” su potencia. La mayor que se ha fabricado (y probado en altitud sobre Nueva Zembla, en el Mar de Barents) corrió a cargo de la antigua Unión Soviética (URSS). La bautizaron “Zar. Tenía oficialmente 50 megatones. Y cada megatón equivale a un millón de toneladas de TNT.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE