El país del realismo mágico del Gabo

Edición Impresa

Irene Bianchi
irenebeatrizbianchi@hotmail.com

@IRENEBIANCHI

 

- Chicas, necesito ayuda. Tengo una adicción y no sé cómo sacármela de encima. ¡Help!

- ¿Adicción al pucho, Leti? ¿Al chupi? ¿A las harinas? ¿A la comida chatarra? ¿Al sexo?

- ¡No! Una peor. A los programas malos de la tele. No puedo evitar mirarlos.

- Eso es masoquismo puro. ¿Cómo cuáles, amiga?

- Por ejemplo, me tragué el “Especial” de Luli Salazar sin parpadear. Ganas de vomitar me daban, pero no podía dejar de verlo.

- Menos mal que no prosperó la idea de los 13 capítulos. Con uno solo basta y sobra.

- Yo creo que a esa pobre Matilda habría que ponerla en adopción ya. La blonda no sabe ni cómo hacerle provechito a la beba. No tiene idea de nada.

- ¿Viste cuando le regurgitó encima? Casi la tira al piso. “¡Me manchás el vestido!”

- Sí, pero enseguida la disculpó. “Es inodora como la madre”, dijo. “Dios escuchó mis plegarias. Vomita sin olor”.

- Y cuando la criatura se haga popó, ¿quién le va a limpiar la colita? Se va a paspar toda.

- Peor el episodio del chupete. Se le cayó al piso y no tenía cómo esterilizarlo.

- ¿Esterilizarlo? ¿No alcanza con ponerlo debajo del chorro de la canilla?

- Ahora no. Es mucho más complicado hoy en día criar a un bebé. Antes era más fácil.

- ¿Pero tenía un solo chupete? Siempre tiene que haber un par de repuesto a mano.

- ¡Y cómo se peleó con la hermana! Un “reality” descarnado.

- Estás equivocada. Es un “real life”, no un reality. Son dos cosas distintas.

- Se acuesta maquillada, ¿vieron? No se saca ni las pestañas postizas.

- Seré curiosa. ¿Con qué otro bodrio te enganchaste?

- Me da vergüenza confesarlo. Con “Escuela para maridos”.

- ¿El de la Rampolla versión flaca y Fantino “perá, perá, perá”?

- El mismo. Es inmirable, ya lo sé, pero me hipnotiza.

- ¡Está re- guionado, chicas! No se les cree nada a esas parejas. Pésimos actores, además.

- Y la sexóloga haciendo de maestra ciruela da calambre.

- ¿Pueden creer que Fantino fue nominado a los Premios Emmy por la versión colombiana?

- Los premios se compran y se venden, ilusas. Es todo una gran truchada.

- Ni hablar de “Involucrados” el nuevo programa del insufrible Iúdika.

- Hay que rebautizarlo después del letal derrape de Cacho Castaña. Yo lo llamaría “Involucionados”. Hay gente que atrasa siglos.

- Otro bodriazo que me atrapó fue Cande Tinelli cantando en Punta del Este.

- Ladrando, querrás decir. Con perdón de los pobres pichichos, que son mucho más afinados.

- ¿Es peor que Barby Vélez?

- Cabeza a cabeza. Una jauría parejita conforman las chicas.

- ¿Cande es la que diseña ropa?

- Ropa, no sé. La piel sí se la diseña. Está toda tatuada la minita. No le queda un centímetro.

- Te pregunto porque tenía puesta una túnica horrible cuando cantó. Digo, cuanto ladró.

- Tiene un papito poderoso que la banca. Así cualquiera es famoso.

- Está topísima Punta del Este. Si no veraneás ahí, no sos nadie, no existís.

- Ojo que La Feliz se está copiando. ¿No vieron cuánto glamour en la “White Fest”?

- ¿Glamour? ¿Sabés quiénes era los invitados VIP? El Mago sin dientes, Verónica Ojeda, Luisa Albinoni, Beto César, Andrea Estévez. O sea …

- Es que los top top están en Uruguay. Tienen más turistas que locales.

- ¿Y la Poli-Vedette? ¿Qué me cuentan?

- Es una versión de la Telpuk, ¿se acuerdan? La que deschavó a Antonini Wilson.

- O Fabián Schultz, el de “Cantando por un sueño”. Otro cana mediático y cholulo.

- En esta tele berreta veraniega, sin contenido, tendría que haber un programa que se llamara “¿Qué es de la vida de …?”, para reflotar a esas estrellas fugaces del medio.

- Lejos, el “real life” más atrapante del momento es espiar la vida secreta de los sindicalistas excéntricos de la zona. Están cayendo como moscas los gordos. C’est fini. Caput.

- Sindicalistas ricos versus trabajadores pobres. Buen título para una comedieta de verano.

- Se necesitaría un productor grosso. Mansiones, autos caros, actores extra large con dientes de diamante, demasiado lujo. Mucho gasto para las puestas gasoleras de vacaciones. No lo veo factible.

- La realidad supera cualquier ficción. Lo bueno es que nunca nos aburrimos. ¡Chin, chin!

 

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