A un mes de la muerte de Fernando Pastorizzo, la coartada de Nahir suma más inconsistencias
| 29 de Enero de 2018 | 21:33

Pese al esfuerzo de la defensa de Nahir Galarza por sostener la coartada que asegura que los disparos que recibió el joven Fernando Pastorizzo fueron accidentales, más pruebas se suman a la investigación revelando toda una serie de inconsistencias en el relato de la joven acusada de haber cometido el crimen que sigue provocando una gran conmoción en la Argentina.
Para los investigadores el detalle de la posición de los cascos, el estado de la motocicleta de Pastorizzo y la falta de otro tipo de lesiones en el cuerpo de la víctima y la presunta asesina hacen pensar que los disparos que dieron muerte al joven no fueron accidentales.
A casi un mes del asesinato que le dio origen al caso que mantiene en vilo al país, el fiscal Sergio Rondoni Caffa sigue sosteniendo que no hay elementos para creer que los disparos que recibió el joven fueron realizados cuando él conducía la moto.
El funcionario se basa en que no se ha encontrado “evidencia corporal” que demostrara que la moto iba en marcha cuando Fernando recibió el primer disparo. Es que ni en el cuerpo del joven ni en el de Nahir se puede advertir la presencia de laceraciones o las raspaduras que se originan cuando una cuerpo entra en contacto con el suelo de forma abrupta.
Tampoco se pueden distinguir “roturas significativas” en la moto. Es por esto que para Rondoni Caffa, el joven de 21 años frenó en la calle General Paz o iba a baja velocidad cuando impactó el primer balazo en su espalda. Para el fiscal, si la moto hubiera estado en movimiento, con el primer disparo el joven hubiera perdido el control del rodado y caído al piso de una manera abrupta.
El otro dato que llama la atención de la fiscalía es la disposición de los cascos. Ambas protecciones, tanto el de Nahir como el de Fernando estaban sobre el suelo, un dato que para la fiscalía es indicio de que la moto estaba parada ya que según el relato de amigos, Pastorizzo siempre conducía su rodado con el casco puesto.
La adolescente está imputada por homicidio calificado por el vínculo y agravado por el uso de arma de fuego, un delito ocurrido el 29 de diciembre en Entre Ríos por el que podría ser condenada a prisión perpetua.
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