A dos años de la muerte de Pablo Larroca, los familiares siguen reclamando justicia
Edición Impresa | 29 de Enero de 2018 | 04:50

“Queremos mantener viva la causa de Pablo, porque es también la de muchas personas que fueron víctimas de este tipo de accidentes”, dijo Oscar Larroca, en vísperas de que se cumplan dos años de la trágica jornada en que su hijo perdió la vida al ser atropellado por un auto, un domingo a las 9 de la noche, en Montevideo y 52, Berisso.
El incidente de tránsito abrió una investigación judicial que tiene como responsable de esa muerte a Roxana García, una peluquera de 37 años, que vive en la zona y permanece con detención domiciliaria.
A la tragedia se le sumó una maniobra de la acusada dedicada a excluirse de la escena.
Hace dos años, Pablo (27) caminaba por Montevideo después de haber compartido la tarde con un vecino de esa zona. Iba por la banquina y llevaba su bicicleta a la rastra porque se le había pinchado una rueda. Un auto que circulaba a toda velocidad lo embistió de lleno, causándole heridas tan graves que murió allí mismo.
Quien iba al volante del Renault Megane gris que lo golpeó no paró para ayudar. Cuando la policía identificó al coche, su dueña, Roxana García, de 37 años, argumentó que su hijo de 15 y su sobrinito le habían sacado el vehículo sin su permiso, responsabilizándolos por el accidente.
La intención habría sido evitar las sanciones judiciales aprovechando que se trataba de menores, pero la coartada le duró poco y ella, que es peluquera, quedó detenida.
Oscar, renovó ayer el pedido de que la justicia actúe con severidad: “Exigimos que el caso vaya a juicio oral y que allí no se determine la responsabilidad de esta persona por un homicidio culposo”, dijo. Esa opción, que rechaza la familia, indicaría una condena excarcelable y de menor cuantía que la que reclama la familia: “tiene que pagar esto con la cárcel. Porque lo chocó a alta velocidad sobre la banquina de la calle, escapó del lugar sin ayudar a una persona herida, escondió el auto, negó el accidente y hasta llegó a culpar al hijo pensando que porque era menor de edad no iba a ir preso y ella zafaría de su responsabilidad”, indicó Larroca.
Según contó Oscar, en aquellos días Pablo había cumplido el sueño de la casa propia en las afueras de Berisso. A pocas cuadras de donde murió tenía un amigo y vecino en ese enclave semi rural, al que había ido a ver esa tarde, preocupado porque no respondía al teléfono.
García es peluquera, vive en Berisso y tiene tres hijos.
El vehículo quedó con abolladuras, roturas en el parabrisas y una óptica. Tras las primeras tareas investigativas, la policía detuvo a dos menores en la zona de 173 y 25, pero todo dio un vuelco cuando García dio versiones muy contradictorias que llevaron a las autoridades a dejarla detenida ante la sospecha de que ella era quien conducía el Megane y trató de responsabilizar a los chicos.
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