Detrás de un gran hombre, hay una gran mujer

“No sé cuánto durará esto, porque hace un tiempo no hubiera podido imaginar que ganaría tres torneos de Grand Slam más en el período de un año”, reflexiona Roger Federer tras obtener el Abierto de Australia.

“Será importante mantener este hambre de tenis, fijar bien los objetivos porque creo que aún quedan grandes momentos por delante”, explicó el suizo.

Y centra la clave en su inseparable pareja desde que se conocieran durante los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, cuando Mirka Vavrinec (39 años) era una tenista eslovaca con posibilidades, pero que colgó la raqueta para acompañar al que ahora es su marido, así como padre de cuatro hijos.

Roger Federer agradeció el apoyo “de un gran equipo”, contando con los técnicos Severin Luthi, suizo y amigo desde hace siglos, e Ivan Ljubic, croata y ex top-10 mundial. El preparador físico Pierre Paganini. Pero subrayó la figura de Mirka Vavrinec, algo conocido en el mundo del tenis profesional mundial.

“Si mi esposa me dice que pare, lo dejo ya sin ningún problema”, confesó convencido Federer, a la vez que realza que continúa porque ella “es mi mayor apoyo. Es por ella que sigo, si no haría tiempo que hubiera dejado de ser tenista. Nadie me respalda como ella y hace un gran trabajo con los niños. La vida sería muy diferente sin ella”.

Roger y Mirka se casaron en 2009, año en que fueron padres por vez primera. El 23 de julio llegaron las mellizas Myla y Charlene. El 6 de mayo de 2014, los gemelos Leo y Lenny.

“Es como un cuento de hadas que continúa”, concluyó la leyenda del tenis mundial.