Llegó el verano y la dirigencia abrió la vidriera en la Costa Atlántica

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Por MARIANO PÉREZ DE EULATE

El verano en la Costa Atlántica suele ser una vidriera que los políticos bonaerenses utilizan para promocionarse y para enviar mensajes políticos. En verdad se trata del mes de enero, punto más alto de la época estival, y acaso algo de febrero. La gobernadora María Eugenia Vidal, recogiendo una usanza de la que abusó Daniel Scioli, se prepara para sacarse muchas fotos en Mar del Plata, la meca veraniega bonaerense.

El reciente episodio con el piquete de bañeros que pretendía detener la marcha de su automóvil en La Feliz tuvo carácter de hito fundacional de la temporada de verano 2018 del vidalismo: la Gobernadora se bajó del auto, encaró al líder de la protesta, lo retó, lo conminó a dialogar como metodología válida de comunicación entre las partes y logró disolver el corte de esa vía. Hasta las disculpas del caso se llevó Vidal.

Si bien su reacción fue espontánea, un conveniente trabajo de viralización del equipo de comunicación vidalista hizo que el video de ese instante fuera visto hasta en La Quiaca. Oportunamente, además, se dio a conocer que el jefe del gremio de los guardavidas, Néstor Nardone, había sido candidato del peronismo en las últimas Primarias Abiertas.

Dentro de Cambiemos, la evaluación que se hizo del episodio fue tan positiva que se lo comparó con el efecto demoledoramente favorable al oficialismo que tuvo aquella célebre pelea en el programa de TV “Intratables” entre Vidal y el periodista Diego Brancatelli que, para muchos, fue decisiva en el resultado de las últimas PASO.

El gobierno bonaerense hará un gran despliegue de recursos en la Costa y, en especial, en Mar del Plata. Eventos, sombrillas gratis, descuentos, presencia policial, etc. Gran parte del gabinete bonaerense desfilará por esas playas.

“El gobierno bonaerense hará un gran despliegue de recursos en la Costa y, en especial, en Mar del Plata”

Es una ciudad de gran peso electoral que obsesiona a Vidal, al punto que en su mesa política se trabaja hace rato para encontrar una figura que reemplace al cuestionado intendente Carlos Arroyo en las próximas elecciones. Dicen que su reciente idea pública de utilizar jóvenes bellas para convencer a los empresarios a que inviertan en su comarca, hizo estallar a la Gobernadora. Es que ella se había reunido con los referentes del sector turístico e inmobiliario y les había pedido lo mismo; pero sin la sugerencia a la explotación femenina, desde ya.

Probablemente la figura macrista que más se vea en La Feliz durante enero sea el diputado nacional Guillermo Montenegro, uno de los expertos en seguridad de Cambiemos. Marplatense de nacimiento, sería la apuesta de Vidal para el 2019. El periodista local Franco Bagnato, hoy senador provincial por la Quinta Sección Electoral, siempre ha sonado para el cargo pero en el gobierno provincial explican que no tiene la misma afinidad que Montenegro con la Gobernadora.

Las reuniones entre justicialistas también son un clásico del verano. Desde siempre. Las oficiales y las reservadas, roscas políticas que incluyen asados y demás manjares. En pocos días más, el flamante presidente del PJ bonaerense, Gustavo Menéndez, reunirá al partido en Santa Teresita con la excusa formal de armar el organigrama de secretarías partidarias para completar la grilla de conducción que él encabeza.

Menéndez, intendente de Merlo, es la cara más visible de una alianza entre jefes comunales del Conurbano y el interior que se quedó con la conducción del PJ en una interna en la que sólo hubo una lista de unidad. Hay dos incógnitas que rodean el evento del Partido de la Costa.

La primera: ver hasta dónde el cristinismo tendrá representación. Se sabe que Menéndez plantea un peronismo provincial en el que la férrea conducción política de Cristina Fernández es cosa del pasado, aunque no renegarían si su tropa acepta integrarse a esta nueva etapa como un engranaje más, de peso relativo a nulo.

La segunda: si lograrán la foto con Florencio Randazzo y Sergio Massa, dos a los que quieren adentro del redil para encarar la estrategia electoral de 2019 que supone, básicamente, hacerle fuerza a Vidal en su casi segura reelección.

En el massismo y en el randazzismo -de capa caída ambos espacios luego de perder en las últimas elecciones- aseguran que difícilmente sus referentes se presten a esa instantánea de Santa Teresita. No porque no se lleven bien con Menéndez (ambos hablan todo el tiempo con él) sino porque aún no les queda bien en claro que el kirchnerismo haya dejado de lado su interés por incidir con fuerza en la vida interna del PJ. Es que, tanto Massa como Randazzo lo último que quieren es una foto al lado de un kirchnerista paladar negro.

Pero eso no significa que no quieran ninguna foto. Una versión firme sostiene que el de Tigre y el ex ministro de Transporte de Cristina podrían reunirse en Pinamar para tener su propio momento político de verano. Ambos disfrutan de esas playas con sus familias por lo que sería cuestión de conseguir un fotógrafo amigo bien predispuesto. Y dejar de lado ciertas rencillas que los han distanciado notablemente -desde lo personal y lo político- en los últimos años. Enero recién empieza.

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