La “grieta” política, lejos de cerrarse

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Por JAVIER CAMAÑO
Columnista de EFE

Pasado el “ecuador” del mandato de Mauricio Macri, el presidente que llegó al poder prometiendo “unir a los argentinos”, lejos está de cerrarse la “grieta” entre Gobierno y oposición, que llega a la sociedad, entre acusaciones de “golpismo” por parte del macrismo y de falta de democracia por el kirchnerismo.

Las declaraciones del juez argentino en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (propuesto por la ex mandataria Cristina Fernández), Eugenio Zaffaroni, deseando que “este Gobierno se vaya lo antes posible”, ha sido el último episodio de la “grieta”, un término que se popularizó durante el kirchnerismo.

La expresión, que se observa en Argentina desde los artículos de opinión hasta las conversaciones de bar, alude tanto a la división de la sociedad como a la agresividad entre grupos políticos, en un país que aún recuerda al presidente Fernando de la Rúa huyendo en helicóptero por las protestas en la crisis del 2001, un camino que el oficialismo cree que cierta oposición quiere emular. “Hay sectores que tienen esa tentación”, afirmó Fernando Sánchez, ex diputado y actual miembro de la jefatura del gabinete de ministros, quien, aunque puntualizó que no es la opción mayoritaria. La oposición frontal a Macri no es exclusiva del kirchnerismo, y se extiende a las formaciones políticas más izquierdistas y muchos sindicatos.

El escenario político argentino, dos años después de la llegada de Macri a la Casa Rosada, no permite vislumbrar el momento en el que se pueda alcanzar su compromiso de terminar con una fractura acerca de la que muchos hablan pero pocos hacen autocrítica.

 

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