Tres de cada diez adolescentes son víctimas de un noviazgo violento

En su mayoría son mujeres de entre 14 y 21 años. Proponen implementar acciones y programas para prevenir a tiempo

Edición Impresa

La historia de Nahir Galarza, la estudiante de Derecho que está detenida acusada del crimen de su ex pareja en Gualeguaychú, reavivó el debate sobre los noviazgos violentos entre adolescentes, una problemática que es mucho más frecuente de lo que se sabe, o se cree.

“Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 3 de cada 10 adolescentes denuncian que sufren violencia en el noviazgo”, afirmó Walter Martello, a cargo del Observatorio de Niñez y Adolescencia de la Defensoría del Pueblo de Buenos Aires.

Según trascendió, las situaciones de maltrato y violencia más habituales y extendidas en parejas de adolescentes y jóvenes están relacionadas con la manifestación de los celos y el ejercicio del control. “Se ponen en evidencia y son potenciados por la utilización de las tecnologías de comunicación, como celulares, computadoras, tablets”, argumentaron los especialistas.

La violencia en el noviazgo -que puede ser física, sexual o emocional-, es una modalidad de vinculación dentro de parejas adolescentes que implican abuso de poder, la instalación paulatina de maniobras de dominación sobre la otra persona y, consecuentemente, la restricción de derechos y la producción de daños para quien las padece.

Se puede dar en persona o a través de las tecnologías de comunicación.

Las víctimas de los noviazgos violentos suelen ser mayormente mujeres de entre 14 y 21 años. El 15 % de los jóvenes manifiesta haber estado involucrado/a en un noviazgo violento.

Especialistas aseguran que la mitad de las mujeres adultas que conviven con parejas violentas afirmaron que las situaciones de violencia tuvieron su origen en el período del noviazgo.

EN RIESGO

Además del maltrato psicológico y físico, “los noviazgos violentos elevan en las adolescentes el riesgo de embarazo no deseado, de suicidio, de uso de sustancias ilegales, de desórdenes alimenticios y de conductas sexuales riesgosas”, advirtieron los expertos.

“Desde la Defensoría proponemos que el Estado promueva sobre esta problemática ámbitos donde se pueden brindar condiciones para que se genere con confianza un diálogo”, explicó Martello, con el objetivo de “que el adolescente sienta que puede ser escuchado, fomentando el fortalecimiento de sus vínculos familiares y un trabajo preventivo”.

Para el funcionario, una opción posible es la generación de “talleres y programas en los estableciéndose educativos de enseñanza primaria”, explicó Martello, de modo de generar los espacios de discusión y contención desde muy temprano.

 

A tener en cuenta
Los expertos destacan que hay señales de alerta que son indicadores de una relación violenta, como los celos, la humillación, el sometimiento al silencio, el control del modo de vestir y de las salidas, la exigencia de que la pareja tenga el celular siempre prendido y que responda sin demoras.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE