Un sangriento caso en Romero pone en la mira a los noviazgos violentos
Edición Impresa | 6 de Enero de 2018 | 04:42

Con dos tiros en la cara fue trasladado ayer un adolescente desde el barrio Santa Rosa hasta el hospital de Melchor Romero, donde lo operaron de urgencia y anoche continuaba internado en estado crítico. Por el caso fue detenido el padrastro de su ex novia, quien argumentó que el joven “hostigaba permanentemente a la chica” y que él se habría hartado -dijo- de ser testigo de eso.
Fuentes oficiales confirmaron que la ex pareja del adolescente baleado lo había denunciado “en más de una oportunidad” por distintos ataques violentos, actuaciones que eran relevadas para sumarlas a la causa. “La tenía loca a la piba”, resumió un vecino.
El tremendo episodio sucedió ayer al mediodía en 35 bis entre 182 y 183, en Olmos, a donde llegaron policías de la Local y del Comando de Patrullas después de que alguien llamó al 911 para denunciar que un joven había resultado herido en una confrontación. Se encontraron con un panorama mucho peor: el chico yacía tirado boca abajo en el pasto, al lado de una zanja con agua y basura, con la cara empapada de sangre y una chica llorando al lado, junto a un perrito marrón.
La víctima tiene 17 años, por lo cual se resguarda su identidad. Los testigos contaron que había recibido dos impactos de bala y responsabilizaron de eso al padrastro de su ex novia.
El joven fue trasladado en una ambulancia del SAME al hospital de Melchor Romero, donde los médicos establecieron que tenía dos heridas de proyectil, una dentro de la boca y otra en la cara y que su estado era crítico.
Mientras tanto, los policías de la comisaría Séptima y de la DDI se dedicaron a reconstruir en el lugar cómo se desencadenaron los hechos. Así supieron que el adolescente “perseguía, acosaba y golpeaba a la chica (de su misma edad) en forma reiterada” y que ayer se presentó en la casa de ella para continuar con el hostigamiento, según dijo un investigador.
En el domicilio estaba también el padrastro de la joven, identificado por la policía como Rubén Gregorutti, de 54 años, quien “le efectuó dos disparos a la víctima en la vereda de la casa”, figura en el reporte oficial.
Una alta fuente con acceso a la causa refirió que el hombre “confesó la autoría del hecho ante testigos y policías y explicó que estaba cansado de los malos tratos”, aunque esa declaración no tiene validez legal hasta que no la ratifica en sede judicial y ante el fiscal, que en este caso es Jorge Paolini.
Mientras Gregorutti era trasladado a la comisaría, los policías recogían testimonios y empezaban a rastrear los antecedentes de violencia. Según confirmaron distintos voceros, encontraron varias actuaciones “con intervenciones de fiscalías distintas por violencia de género, robo y lesiones y abuso sexual”.
Resguardada la escena, peritos de policía científica la revisaron en busca de rastros de los disparos y también del arma, que continúa desaparecida. Se presume que el agresor utilizó un revólver del calibre 22. El detenido quedó por ahora aprehendido hasta que el fiscal resuelva, hoy, si le pide la detención por “tentativa de homicidio” y lo indaga.
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