La Orquesta Escuela de Berisso ya cruza fronteras y cambia vidas en cientos de aulas

En una iniciativa inédita compartió ensayos y conciertos con una formación de Perú. En julio va a Lima. La deuda interna

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¿Por qué las buenas propuestas no se generalizan? ¿Por qué no hay orquestas escuela en todas las escuelas bonaerenses y del país?

No son preguntas tiradas al aire. Surgen de la observación, durante años, de proyectos escolares que movilizan como pocas cosas a los niños y adolescentes y en muchos casos, literalmente, les cambian la vida: lo dicen ellos. Sin embargo, no pasan de los halagos de rigor y allí quedan, como experiencias (casi) únicas.

En la Región, el caso más emblemático en ese sentido es el de la Orquesta Escuela de Berisso, que, tras diez años de vida, ya tiene más de medio millar de alumnos; emergentes (chicos y chicas que destacan) que de haber tocado un instrumento por primera vez a los 9, 10 años en su escuela pública, llegaron a la Universidad o a viajar becados a Europa y Estados Unidos, pese a lo cual jamás perdieron el vínculo con el proyecto (más bien lo profundizaron); que no deja de “abrir cabezas” y de “expandir el mundo”, como expresan los adolescentes. Y que ahora, por si fuese poco, se ha internacionalizado.

A VIAJAR

¿Cómo? Fue a través de la primera experiencia de trabajo conjunto con una orquesta de otro país, concretamente de Perú, la cual viajó a nuestra tierra con ese único propósito. Y ese trabajo conjunto entre las dos formaciones “superó todas las expectativas, en lo musical y lo humano, por lo que se decidió que, como parte del ciclo 2018, una delegación de Berisso viaje a Lima para replicar el concierto, llevando las obras argentinas al país hermano”.

No fue sólo un encuentro musical. Fue un período de convivencia, de ensayos y viajes compartidos, y el disparador de composiciones originales -concurso mediante- que estrenaron los chicos y chicas de aquí y de allá.

¿Por qué no se invade las escuelas de instrumentos y profesores de música? No hay respuesta por ahora. Sólo contar cómo la Orquesta Escuela de Berisso sigue cambiando vidas, abriendo cabezas y expandiendo el mundo a decenas y decenas de pequeños y jóvenes.

La “culpa” del ensamble de culturas fue de Julia Sánchez, directora y compositora platense graduada en Perú, que un día tomó contacto con la orquesta escolar berissense a través del programa provincial que la contiene, con el objetivo de realizar un encuentro con una orquesta de ese país con la cual había trabajado. La idea tomó cuerpo. Y Julia propuso un repertorio europeo, cuentan en la ciudad ribereña, para añadir que “desde la coordinación de la Orquesta Escuela se creyó que el encuentro de dos formaciones latinoamericanas sería mucho más enriquecedor con un repertorio latino que representara a ambos pueblos”.

Fue así que la orquesta sinfónica del (instituto de formación) BRITANICO (con mayúsculas, aclaran los jóvenes músicos peruanos) envió dos piezas y la orquesta berissense organizó el primer concurso de composición “Encuentro Argentina-Perú” en cuatro categorías: sinfónico, sinfónico-coral, coral y de cámara. Las singulares obras fueron estrenadas por ambas formaciones, con el grupo Vox Anima en coro, y en julio viajarán a Lima.

La delegación peruana fue alojada en casas de familias de los chicos y chicas de la orquesta local. “Se realizaron talleres, ensayos, asistencias a conciertos y paseos recreativos”, resaltan.

HISTORIAS PARA CONTAR

“Sobre todas las cosas, son muy educados. Y muy buenos. Alegres. No se querían ir. Se enamoraron del mate”, describen Mauro Helguera (16), quien toca el corno francés, la violinista Martina Janes (17) y la trompetista Milagros Roldán (13).

Con matices, sus historias se asemejan. “Yo iba a una escuela privada y me cambiaron a la Primaria 6. Cierto día llegaron cuatro profesores con instrumentos de viento y me encantó cómo sonaba el corno francés. Así empecé, a los 9 años”, recuerda Mauro, hoy integrante del ensamble de vientos, no sin antes aclarar que optó por la música en lugar del fútbol, pese a que ese año salió campeón con su categoría como arquero de Gimnasia de La Plata.

“Un día llegaron a mi escuela, la 22 de Berisso, unos profesores con instrumentos. Tocaron. Incluso el tema de la Pantera Rosa y el de los Simpson. Me gustó mucho. Tenía 10 años y empecé a ir a los ensayos con mi mejor amiga. Hoy la orquesta es mi segunda familia. Me cambió por completo. Como persona y como alumna”

Martina Janes (17), violinista desde los 10 años, alumna del Maestro J. Bondar

 

A los 10 años, Martina Janes, alumna de la Primaria 22 de Berisso, también vio entrar a la escuela a unos profesores de música con instrumentos. “Tocaron. Incluso el tema de la Pantera Rosa y el de los Simpson. Me gustó mucho y empecé a ir a los ensayos con mi amiga Guillermina (hoy también violinista). No tenía idea de música clásica y nunca había tocado un violín”, dice quien hoy es dirigida por el prestigioso maestro José Bondar.

Milagros Roldán empezó a los 5, edad mínima para integrar la orquesta. Le gustaba el sonido de la trompeta, que conocía de escuchar a la madre de un amigo. “Luego, en la Escuela 6, el profesor armaba una pelota de diario y ponía un pedazo de palo de escoba sobre ella para que yo apoyara el instrumento, ya que no tenía fuerzas para sostenerlo”, ríe Mili. A fin de ese año, con mucho esfuerzo, la orquesta pudo comprar una trompeta pocket (de tamaño pequeño) adecuada para ella.

“Las directoras de las escuelas donde funciona la orquesta nos cuentan que los nenes que participan del programa cambian el colegio. Quizás hay 6 ó 7 por grado y cambian el grado, nos aseguran”. Lo dicen los jóvenes de 20 y monedas que ya son formadores de los más pequeños. La respuesta a la pregunta del principio, sigue sin respuesta.

 

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