Alerta por un informe sobre menores y aire contaminado
Edición Impresa | 31 de Octubre de 2018 | 01:36

La noticia acerca de que el 93 por ciento de los menores de 15 años de edad del mundo -unos 1.800 millones de niños- respira un aire tan contaminado que pone en riesgo su salud y desarrollo, según alertó anteayer la Organización Mundial de la Salud, que estimó que en 2016 unos 600.000 chicos murieron a causa de infecciones agudas en las vías respiratorias, vino a ratificar la imperativa necesidad de que se impulsen políticas destinadas a la preservación del aire, afectado por emisiones contaminantes cada día más numerosas.
El informe de la OMS añadió que, en los países de ingresos bajos y medios, el 98 por ciento de los niños menores de cinco años está expuesto a niveles de contaminación que están por encima de las pautas de calidad del aire, mientras que en los países de ingresos altos lo está el 52 por ciento de los niños de esas edades.
El trabajo, que se presentaría en estas horas en Ginebra, Suiza, durante durante la primera Conferencia Mundial sobre Contaminación del Aire y Salud de la OMS, demuestra además que cuando las embarazadas están expuestas al aire contaminado hay más probabilidades de dar a luz prematuramente y tener hijos pequeños o con bajo peso.
Se sabe que, en nuestra zona, uno de los más acuciantes problemas se relaciona con los niveles de contaminación aérea, no sólo influidos -como en toda concentración urbana de magnitud- por las emisiones de un superpoblado parque automotor y de la actividad propia de las ciudades que la integran, sino por la presencia entre ellas del enorme polo petroquímico.
Conocidos son, por otra parte, los reiterados reclamos de los vecinos del polo petroquímico acerca de la calidad del aire que se respira en la zona.
Lo cierto es que en el curso de los años se han podido obtener en la Región algunas conclusiones ofrecidas por fuentes médicas, que relacionaron en forma directa muchos casos de trastornos respiratorios con emanaciones tóxicas producidas en la Región.
En cambio, desde la órbita oficial se ha mantenido desde hace mucho tiempo una posición reticente, al punto de que ella, en no pocas ocasiones, impide promover acciones destinadas a morigerar la contaminación aérea.
Hasta tal punto llegó ese hermetismo oficial que a fines de la década del ‘80 la Procuración bonaerense decidió realizar una investigación de oficio, destinada a individualizar las fuentes emisoras y los alcances de la contaminación aérea en el polo petroquímico, apelándose al concurso del Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología de Pinturas, cuyo informe no dejó lugar a dudas acerca de cuál era cada una de las fuentes emisoras de contaminación y del alto poder patológico de las sustancias identificadas.
El último y los anteriores informes de la OMS sobre la contaminación aérea deberían servir como punto de partida para iniciar una profunda investigación sobre la calidad del aire de nuestra región, cuyas conclusiones podrían ayudar a determinar los alcances de la contaminación aérea y, en su caso, las acciones preventivas y de índole sanitaria que debieran adoptarse.
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