Polémica reforma del sistema preuniversitario del Nacional

Los cambios apuntan a profundizar la articulación entre 5º y 6º año con las carreras de la UNLP. Críticas gremiales y conceptuales

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El Colegio Nacional de La Plata puso en práctica una fuerte reforma del sistema preuniversitario por el que se articula el nivel medio con el superior de la enseñanza. Los principales cambios consisten en la división de las materias optativas de 5º y 6º año en “troncales” y “complementarias; en una mayor carga horaria de la primeras respecto de las segundas, y en su organización en tres áreas disciplinares, cada una de las cuales está en línea con un conjunto de carreras.

Un grupo de docentes se mostró particularmente crítico con el proyecto. Planteó que implica orientar a los alumnos hacia lo que van a estudiar en la universidad “cuando el sentido original del preuniversitario era ampliar y complejizar la mirada de los jóvenes”.

También opinaron que conlleva “un cambio en el plan de estudios, porque le saca horas a materias optativas para pasarlas a Matemática, Inglés y Educación Física”, que en 6º año vuelve a ser anual tras haberse convertido, hace tiempo ya, en cuatrimestral.

Luego indicaron que hay una cuestión gremial “pues con la reducción de materias y horas quedan fuera del colegio seis profesores y otros ven mermada su carga horaria”.

Pero la crítica central pasa por lo que, aseguran, fue un proceso “realizado a espaldas de los docentes, sin intervención del consejo asesor”.

El sistema preuniversitario en el colegio de 1 y 49 nació en 1985 “con el propósito de dar una respuesta estructural al problema de la articulación entre los niveles medio y superior”, dice la propuesta. Fue modificado en 1990, 1997, 2006 y 2015. Para la gestión 2018-2022, la directora reelecta, Ana María García Munitis, propuso en su plataforma electoral profundizar esa articulación.

El Nacional ya venía desarrollando una experiencia con Ingeniería, mediante la cual los alumnos de 6º año veían -en el colegio y en la facultad- los contenidos de MatePI, la primera asignatura que se cursa al pisar la unidad académica de 1 y 47. Luego comenzó a realizar algo similar junto a la casa de estudios de calle 48, 6 y 7, con la materia Introducción al Derecho.

Con el fin de “profundizar ese camino, el ciclo preuniversitario se organizó en 3 áreas disciplinares (científica-tecnológica, ciencias naturales y de la salud, y ciencias sociales y de la comunicación, cada una relacionada con las carreras universitarias de esos campos del conocimiento). Las materias optativas (los alumnos eligen 2 en 5º año y 6 en 6º) se dividieron en troncales (5 horas semanales) y complementarias (3 horas). En quinto año se incluyó orientación vocacional y en sexto Educación Sexual Integral. Se fortaleció Matemática e idioma y Educación Física volvió a ser anual en el último año. Y Física pasó de estar en contraturno a horario curricular”.

La vicedirectora, Verónica García, la secretaría académica, Cintia Gasco, y su par de bienestar estudiantil, Beatriz Nassif, dijeron a este diario que “nada tiene que ver esto con un cambio curricular. Eso es algo totalmente distinto que debe pasar múltiples etapas hasta ser aprobado por el ministerio de Educación”. Aseguraron que “las materias optativas requerían una reestructuración. Fue pasando el tiempo y la oferta superaba ampliamente a la demanda. Por caso, este año no se pudieron abrir 11 cursos por falta de alumnos (se necesitan 25 inscriptos)”.

“Todos los jefes de departamento opinaron, y el centro de estudiantes también dio su aval en el consejo asesor”, respondieron a quienes critican el plan. Por último, enfatizaron: “Los docentes de las optativas no se eligen por concurso ni tienen estabilidad. Si los alumnos eligen la materia, taller o seminario, se dicta, si no, no se dicta. Eso funcionó siempre así, de modo que mal se puede hablar de pérdida de cargos”.

 

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