Trump espera que la economía sea su gran carta de triunfo en las elecciones

El presidente estadounidense logró que su país pase por el período de expansión más extenso desde los años 90. Sin embargo, su política proteccionista y la guerra comercial con China siguen generando muchas dudas

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Washington

Pese a lo polémico de alguna de sus decisiones, lo cierto es que Donald Trump está apostando fuerte a la economía como principal factor de un posible triunfo en las elecciones legislativas de este martes.

Si bien es cierto que el mandatario no la tiene fácil de la Cámara de Representantes, que de acuerdo a algunos analista ya da por perdida y de allí su fuerte intento de consolidar aquellos senadores que se juegan su cargo, lo cierto es que la principal carta de Trump para este martes es la reacción de la economía.

El empuje de la industria pesada está haciendo aflorar nuevas empresas y renacer otras y algunas noticias recientes, como el traslado desde Nueva York de la sede del grupo inversor AllianceBernstein, confirman que la economia avanza.

Algunas imágenes de pujanza comercial hacen recordar a los tiempos de Ronald Reagan y su famosa frase “Es de día de nuevo en América”)

Cuando Donald Trump aprobó a finales de 2017 su gran rebaja de impuestos, de 1,5 billones de dólares en 10 años, se habló mucho de Reagan. Como el ex mandatario se apostó a un programa de desregulación, la política económica del magnate neoyorquino era objeto de comparación con el fallecido presidente,

Ahora, Estados Unidos experimenta su segundo mayor periodo de expansión continuado de la historia, solo superado por los 120 meses de la década de los noventa, según datos de Bloomberg. Y si para julio de 2019 no ha sufrido ningún tropezón, ya será el ciclo más largo al alza.

Los miembros de la Reserva Federal calculan que cerrará este año con un crecimiento del 3,1%. Y la tasa de desempleo se encuentra en el 3,7%, el nivel más bajo desde la Guerra de Vietnam y Wall Street sigue en niveles de récord.

POLÉMICAS MEDIDAS

Los recortes de impuestos y los aranceles comerciales han sido las bases de la polémica agenda de Trump, en pleno auge económico y cuando se cumplen dos años de su victoria electoral.

“Es una ley para crear empleos (...). Las empresas se van a volver literalmente locas”, afirmó Trump al sellar la reforma fiscal en la Casa Blanca en diciembre de 2017, acompañado por la plana mayor de su Gabinete.

La norma conlleva la rebaja del impuesto que pagan las empresas del 35 % al 21 %, y en menor medida para los trabajadores.

El mandatario consideraba que este enorme recorte de impuestos es en gran parte responsable de la aceleración de la economía estadounidense junto con su agenda de desregulación, y de que la tasa de desempleo cifra no vista desde hace casi medio siglo.

Trump prometió elevar el crecimiento económico a cerca del 4 % anual una vez llegase a la Casa Blanca, y aunque no se ha alcanzado esa cifra, lo cierto es que la primera economía mundial se espera que mantenga un crecimiento sostenido de en torno al 3 % en los próximos dos años.

Lo que el mandatario no menciona es que este masivo estímulo fiscal supone agregar en los próximos diez años 1,5 billones de dólares a la deuda pública, que actualmente ya supera los 20 billones de dólares, según datos de la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO).

PROTECCIONISMO

El otro gran eje económico de Trump es su agresivo proteccionismo comercial, que le ha llevado a aplicar aranceles a las importantes de socios como China, la Unión Europea (UE), Canadá o México, con el objetivo declarado de resucitar el, a su juicio, “moribundo” sector manufacturero estadounidense.

Con Canadá y México, el mandatario se anotó una victoria al lograr reformar, tras meses de negociaciones y reproches, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta) en vigor desde 1994, y que incluye reforzar las exigencias de producción doméstica.

La tensión prosigue, sin embargo, con Beijing, algo que es motivo de preocupación global.

A finales de septiembre, EE UU impuso aranceles del 10 % por valor de 200.000 millones de dólares a una serie de productos chinos, en el marco de la guerra comercial que libra con el gigante asiático.

“Si China toma represalias contra nuestros agricultores u otras industrias, inmediatamente iniciaremos la tercera fase, que consiste en aranceles de aproximadamente 267.000 millones en importaciones adicionales”, dijo Trump entonces.

Las dos mayores economías del mundo están inmersas desde hace meses en una guerra comercial por los aranceles que Washington está imponiendo a las importaciones chinas, y las consiguientes represalias de Beijing aún con final abierto (AFP y EFE)

3,1 %
Crece la economía este año, es unja cifra algo menor a los 4 puntos prometidos en campaña por Trump, pero claramente el extenso período de crecimiento se nota en la vida cotidiana de los estadounidenses y en Wall Street que no deja de romper récords.
3,7 %
Es el desempleo en Estados Unidos, otra carta ganadora para Trump y su política de forzar a las grandes empresas de su país a volver a instalarse en territorio estadounidense, además de congelar acuerdos comerciales que podrían serle desfavorables y renegociar el Nafta

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