Un tema que lo persigue desde el inicio del papado

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Los casos de abusos sexuales a menores han perseguido a Francisco desde el inicio de su papado pero alcanzaron especial relevancia en este 2018.

El año comenzó con el viaje a Chile y Perú en enero, donde su defensa del obispo chileno Juan Barros, supuesto encubridor del sacerdote pederasta Fernando Karadima, se convirtió para el Papa en un verdadero búmeran durante todo el año.

Pero también en una de las consecuencias más duras hasta ahora del escándalo de los abusos y su gestión: el alejamiento de todo el episcopado de Chile.

Las historias de continuos abusos y los encubrimientos volvieron a golpear a la Iglesia tras la publicación en agosto de las conclusiones de la Corte Suprema del estado de Pensilvania (EE UU) que documentaba 300 casos de “sacerdotes depredadores” sexuales en seis diócesis y cerca de 1.000 víctimas menores de edad.

Un escándalo que acompañó a Francisco durante su viaje de dos días a Irlanda, en agosto, otro país que sufrió los delitos de abusos, explotación, torturas psicológicas y robos de niños por parte de la Iglesia.

 

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