Inundaciones, incendios y ola de calor: el clima extremo, otra vez protagonista
Edición Impresa | 11 de Febrero de 2018 | 03:25
A medida que las aguas del Pilcomayo bajan de su creciente histórica en el norte de Salta, van dejando al descubierto un paisaje desolador: después de la crecida llegó el barro y llegaron las víboras a asolar los pueblos y parajes afectados, donde proliferan las casas destruidas. La histórica creciente del Pilcomayo dejó más de 8.000 evacuados en Salta y también amenaza a Formosa. Y se sumó a otros fenómenos que hicieron que en los últimos días el clima se transforme en protagonista, como los incendios de campos, que afectan a miles de hectáreas en todo el territorio nacional, una ola de calor con térmicas que rondaron los 40 grados en el centro del país y la sequía que sigue castigando a las producciones de la zona núcleo.
Aunque detrás de cada uno de estos comportamientos del clima aparecen distintas causas inmediatas que los explican, algunos ambientalistas distinguen en ellos el peso, en diversos grados, de dos fenómenos: la influencia de la corriente de La Niña, que se hará sentir hasta marzo y el impacto del calentamiento global, uno de cuyos efectos es potenciar los fenómenos climáticos.
Así lo indica, por caso, Horacio de Beláustegui, ambientalista platense y presidente de la Fundación Biosfera, que es veedora de las cumbres internacionales de cambio climático en representación de la Sociedad Civil.
Para de Beláustegui, no sólo el calentamiento global favorece fenómenos climáticos más extremos: también advierte que la sociedad no está lo suficientemente preparada frente a estos cambios y que se necesita trabajar no sólo en planes de contingencia, sino también en la capacidad de adaptación de las comunidades al nuevo escenario climático, mediante planes de resiliencia y de adaptación.
un clima desbocado
En la creciente histórica alcanzada en los últimos días por el Río Pilcomayo, cuyo desborde provocó 8.500 evacuados y autoevacuados y dejó pueblos aislados en el norte de Salta, la causa inmediata mencionada oficialmente desde el ministerio de Ambiente y la Gobernación de Salta fueron las lluvias que afectaron a Bolivia y que hicieron crecer el caudal de ese río y también del Bermejo.
Esas lluvias, cuya amenaza todavía no termina, habrían provocado la ruptura de dos represas en Bolivia, lo que provocó el desborde del río, indicaron desde el ministerio de medio Ambiente.
Con todo, para algunos ambientalistas, en el fenómeno también pesó el avance del desmonte y de las construcciones sobre humedales en esa provincia.
Mientras la polémica sigue, la situación de l norte salteño se complicó a tal punto que en la zona afectada se declaró la emergencia hídrica, vial, sanitaria y social de los departamentos Santa Victoria, Iruya, Orán, General San Martín y Rivadavia,
Mientras esto pasa en el norte del país en otras provincias la conjunción de sequía con altas temperaturas hizo que se repitiera un drama que se potencia año a año: el de los incendios de campos.
Sólo en la provincia de La Pampa se habían quemado, al final de la última semana, más de 700.000 hectáreas de campo, lo que llevó al gobernador de esa provincia , Carlos Verna, a declarar el “estado de emergencia” o “desastre agropecuario” por los incendios que afectan la provincia.
Pero también se registraron importantes incendios en Córdoba, Mendoza, Sierra de la Ventana y hasta en nuestra región, donde más de 1.000 hectáreas de la reserva natural de Punta Lara se vieron afectadas por un incendio que se extendió por más de una semana y que llegó a amenazar con avanzar sobre la zona hortícola.
Según las autoridades del servicio Nacional de Manejo del Fuego, la combinación de tormentas secas y caracterizadas por muchos rayos y la falta de lluvias fueron las que provocaron los incendios.
Para Horacio de Beláustegui, todos estos fenómenos se ven potenciados por el calentamiento global provocado por elo efecto invernadero.
“Las inundaciones, los incendios y otros fenómenos climáticos se ven potenciados por el calentamiento global que los hace más intensos”, dice De Beláustegui, quien destaca además que “al mismo tiempo, cada año tenemos más días con temperaturas altas por el mismo factor”.
Según el Servicio Meteorológico Nacional. 2017 fue el año más cálido a nivel nacional.
“Con un desvío respecto de la temperatura media normal de +0.66°C, superó la marca del 2012, en que se había alcanzado un desvío de +0.63°C”, informó el SMN.
Para De Beláustegui: “ante estas situaciones hay que tomar en serio las variantes ambientales, cosa que actualmente no se está haciendo. Por ejemplo, no se está trabajando en la adaptación al cambio climático, que implica adecuar el hábitat a las nuevas condiciones. Pero tampoco se informa qué hacer a la gente para prevenir estos fenómenos ni como actuar frente a una contingencia”.
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