Luego del malestar por las quejas de River, hubo cumbre en Boca

La primera práctica de la semana de Boca no pudo escapar a un clima de molestia y tensión por las recientes declaraciones del entrenador de River, Marcelo Gallardo, y del presidente “millonario” Rodolfo D’Onofrio por los arbitrajes. De esta manera, al término del entrenamiento, se los vio hablar a un costado de la cancha al técnico xeneize, Guillermo Barros Schelotto y al presidente Daniel Angelici. El mandamás se acercó al predio de Casa Amarilla y mantuvo una charla de varios minutos con el “Mellizo” Guillermo en un costado de la cancha principal.

A eso hay que agregarle las repercusiones que trajo el almuerzo del lunes entre el presidente de la Nación, Mauricio Macri y el entrenador de Boca, quienes mantienen una conocida amistad desde los tiempos en que uno era presidente de la entidad y el otro jugador.

Dentro de ese panorama, el circulo íntimo de Guillermo comentó la preocupación del técnico y su molestia por el “clima demasiado hostil” y de suspicacias que se está generando de cara al superclásico por la Supercopa Argentina 14 de marzo. Dentro de los rumores, se mencionó la posibilidad de realizar una rueda de prensa de Guillermo para referirse al tema, pero luego fue desestimada por la gente de prensa del club de la Ribera.

En lo estrictamente futbolístico, si no hay problemas en lo físico, Barros Schelotto repetiría ante San Martín de San Juan el mismo equipo que el domingo venció 1-0 a Banfield. Rossi; Jara, Goltz, Magallán, Fabra; Nandez, Barrio, Reynoso; Pavón, Tévez y Cardona sería el once para recibir a los cuyanos.

la vuelta de gago

Una buena noticia para el “mundo Boca” fue la presencia de Fernando Gago, quien corrió y pateó la pelota de manera violenta, a la espera de un alta médica que los más auspiciosos piensan que puede ser la próxima semana, y los más cautos dentro de 15 días. El capitán y referente quiere estar ante River, cuando se cumplirían cinco meses de su operación. Los tiempos lógicos para recuperarse de este tipo de lesiones son de 6 meses, por lo que no concuerdan las ganas del volante por volver con la idea del cuerpo médico.