Algo está fallando en la ecuación de la limpieza urbana

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Con las imágenes alcanza. Casi que no es necesario agregar palabras. La Ciudad está sucia y se nota a simple vista.

No es un problema nuevo, aunque en el último tiempo se agravó notablemente.

Basura, residuos y escombros acumulados en las veredas, como primera medida, representa una falta gravísima a la higiene urbana. Y también un increíble e imperdonable error que atenta contra la salubridad pública. La proliferación de ratas, moscas y cucarachas denunciadas por los vecinos, son apenas una muestra de la realidad.

La muerte de un hombre a causa del hantavirus -aunque en una zona rural de la periferia platense- es una luz roja de alarma que la comuna debe atender con urgencia y eficiencia.

En diciembre pasado el Concejo Deliberante aprobó el pliego de condiciones que regirá el nuevo y extremadamente dilatado llamado a licitación para adecuar el nuevo servicio de recolección de residuos de la Ciudad.

Corren, por estos días, los plazos prescriptos y se espera que antes de la finalización de este 2018 el nuevo esquema esté en funcionamiento.

Pero en el “mientras tanto” debe el municipio encontrar el camino adecuado que le permita a los vecinos convivir con un entorno limpio y saludable.

Hoy, ninguna de esas dos premisas parece estar cumpliéndose.

No son pocos los cooperativistas a sueldo de la comuna. Los números oficiales demostrarían, en principio, que son más que suficientes como para asegurar una ciudad limpia. Aunque, por cierto, algo está fallando.

 

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