Miles de turistas a la espera del gran espectáculo del hielo
Edición Impresa | 12 de Marzo de 2018 | 03:49

El desprendimiento de las paredes laterales del Glaciar Perito Moreno, en la provincia de Santa Cruz, fue seguido ayer por miles de turistas en los 4,4 kilómetros de pasarelas situadas frente al inmenso bloque de hielo.
Los turistas de todas partes del mundo aguardaban el rompimiento definitivo del glaciar, un espectáculo considerado único en el mundo.
Las filtraciones que preceden al rompimiento comenzaron el sábado en el brazo Rico del Lago Argentino por el canal de los Témpanos, comenzando un proceso ya irreversible que se estima concluirá durante la jornada de hoy.
Hasta que el máximo espectáculo se produzca, los visitantes que ingresaron ayer al Parque Nacional Los Glaciares, a 80 kilómetros de El Calafate, disfrutan de los impactantes desprendimientos de las paredes del Glaciar.
El puente ya provocó una diferencia de altura de las aguas -a uno y otro lado- de 13 metros, una de las mayores que se tenga memoria, informaron la Administración de Parques Nacionales y voceros del Parque Nacional Los Glaciares.
La “ruptura” del glaciar no se puede predecir de manera exacta porque el fenómeno muestra características especiales, al punto de que el dique no se forma todos los años -esta será la cuarta vez desde 2000- y por lo general se produce recién al final del verano, por mucho calor que haga en la estación estival de ese año.
Mientras tanto, miles de turistas y científicos de todo el mundo permanecen en el segundo parque nacional más grande de la Argentina, por afluencia de visitantes, detrás de las Cataratas del Iguazú: éstas llegan a tener 1,5 millones de visitantes por año, contra el millón que visita el Parque Nacional del sudoeste de la provincia de Santa Cruz.
La primera ruptura de este siglo se produjo en marzo de 2004, y la siguiente en el mismo mes de 2006, mientras que la tercera ocurrió hace una década, en 2008, pero en julio.
También se produjo otra en 2012. La anterior ruptura, en 2016, ocurrió cuando la parte separada, el Brazo Rico, había alcanzado los 10,50 metros, un nivel que no había superado desde el desprendimiento sucedido en 1988, cuando llegó a los 19 metros.
De esta manera, ya está asegurado un espectáculo de estruendosos desmoronamientos de grandes masas de hielo, aunque por la gran afluencia de visitantes que genera este fenómeno natural, el parque ha dispuesto un operativo especial de seguridad que incluye el cierre del sitio al público durante la noche.
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