Un político que acumula problemas con la Justicia

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PARÍS

Adulado por algunos, detestado por otros, el ex presidente de Francia Nicolás Sarkozy (2007-2012) es un animal político que se mantiene como una figura central de la derecha francesa, pese a sus derrotas electorales y problemas con la Justicia.

Con una posición de línea dura en inmigración, islam y seguridad, Sarkozy, de 63 años, intentó reconquistar el Elíseo durante la campaña presidencial de 2017, cinco años después de que el socialista François Hollande se lo arrebatara.

Para ello, “Sarko”, como se lo conoce en Francia, trató de enterrar su imagen de “presidente de los ricos” que se forjó durante su mandato, presentándose como “defensor de los venidos a menos contra las élites”. Pero la consigna “todo salvo Sarko” jugó en su contra.

Los franceses le propinaron una humillante derrota, al dejarlo fuera de la carrera en la primera vuelta de las primarias del partido conservador, Los Republicanos (LR), en la que terminó detrás de François Fillon, quien fue su primer ministro. Un año y medio después de su sonado revés, Sarkozy -casado con la ex modelo Carla Bruni y - multiplicó sus apariciones públicas en las últimas semanas, en una muestra evidente de que prepara su “regreso” a la política, en la que ocupó diversos cargos desde 1983.

Citado en varios casos judiciales, sobre todo vinculados a la financiación irregular de su campaña en 2007 y 2012, fue declarado inocente en cuatro de ellos e imputado en otros dos y podría terminar yendo a juicio. (AFP)

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