Disputa entre Serbia y Kosovo modificó el horario en relojes eléctricos de 25 países europeos

Los relojes eléctricos de 25 países europeos sufrieron desde enero a hoy un retraso acumulado de seis minutos como resultado de una disputa por el suministro eléctrico entre Serbia y Kosovo que, si bien fue imperceptible para los habitantes, repercutió en el sistema energético continental, informaron las autoridades del sector.

Desde mediados de enero, Europa experimentó "constantes desviaciones de potencia debido a la escasez de suministro por parte de un proveedor del sistema interconectado" y esa situación derivó en una diferencia de frecuencia que retrasó relojes a lo largo y ancho del continente.

La autoridad que controla la interconexión del sistema eléctrico (Entso-E) detectó que el problema se había generado en el sudeste continental por la cantidad de energía que Serbia comparte a su ex provincia Kosovo, a la que no reconoce como país independiente.

En lo que podría ser un capítulo más de la tensión diplomática entre estas naciones, Kosovo no habría generado la energía suficiente para abastecerse y Serbia no habría realizado el aporte compensatorio a su vecino, lo que generó el desequilibrio continental.

Mientras tanto, Belgrado afirmó que la empresa kosovar dedicada a este servicio descargó de "forma permanente y sin permiso" durante enero y febrero más electricidad de lo que le corresponde.

Kosovo respondió que buena parte de la energía se había destinado a la región norte del país, en la que la población se mantiene leal a Belgrado, y boicotea a las autoridades independentistas al no pagar por el servicio.

Europa posee un sistema eléctrico inteconectado que posibilita a diversos países acceder a ese recurso cuando lo producen por debajo de sus necesidades, pero este sistema solidario también se resiente cuándo alguno de los actores ofrece menos de lo que está estipulado.

En este caso, la prolongada desviación en la frecuencia media de 50 hercios causó una pérdida acumulada de energía de 113 gigavatios hora (GWh), algo sin precedentes en la red continental que se vio reflejado en el retraso de relojes eléctricos como los de los microondas, despertadores, aparatos de radio o temporizadores de la calefacción.

Un experto en ingeniería energética de la universidad de San Martín explicó que este problema no afecta a los relojes de computadoras o celulares sino a "relojes baratos que se usan especialmente en Europa y Estados Unidos y que utilizan la frecuencia para determinar la hora".

"Las computadoras de escritorio tienen una fuente que toma la energía y la traducen a una tensión continua y las laptop tienen una batería, es decir que su relación con la red está mediada y por eso el reloj es independiente de la frecuencia", precisó.

Además, dijo que los mecanismos afectados deben ser "hogareños y menores" ya que no se imagina que "dispositivos donde el tiempo sea algo crítico se maneje con la frecuencia de la red".

"Yo no imagino que un dispositivo médico, pongamos como ejemplo una máquina de rayos, tenga ese tipo de relojes", aclaró.

Por otra parte, la "leve caída" en la frecuencia podría haber tenido otras consecuencias mayores si el problema se hubiera prolongado en el tiempo: "Habría forzado al resto de gestores de red de transporte a usar sus propias reservas, que no están previstas para esto", explicó un responsable de comunicación del ente europeo.

A través de su sitio web, el Entso-E confirmó que "las desviaciones que afectaron la frecuencia en Europa continental han cesado".

"Este es un primer paso en la resolución del problema. El segundo paso ahora es desarrollar un plan para devolver la energía faltante al sistema y volver a la situación normal", señalaron.

En ese sentido, una vez que se compense la energía, los relojes volverán a la normalidad, por lo que se recomienda no modificar la hora de manera manual ya que luego, estarían seis minutos adelantados. 
 

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