Un tránsito dominado por las faltas y el patoterismo

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Hasta el hartazgo se habla en la Ciudad sobre las faltas que se cometen en el tránsito, una de las variables que, de alguna forma, expone cómo es la convivencia. Y también llegó al nivel de cansancio escuchar los anuncios para ordenar el centro. En ese plan debiera incluirse la erradicación de los cuidacoches, que cada vez están más prepotentes y no sólo tratan de imponer el “cuidado”, sino que ahora le suman el “lavado”. En muchos casos terminan redondeando los 100 pesos por cada vehículo si el automovilista “acepta”.

La doble fila, la ausencia del respeto por las prioridades viales, y otras infracciones que hacen imposible circular con normalidad en el centro, tienen como valor agregado la presencia de “trapitos” que ya no cuidan autos, ahora pasaron a cuidar su “quintita”.

 

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