El perfil de los deambulantes platenses: mayores afectados por dolencias crónicas

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“VIVIENDO EN LA CALLE TUVE UN PRINCIPIO DE NEUMONÍA Y UN  ACV QUE ME DEJÓ SECUELAS”

Los rigores de la vida a la intemperie dejan su huella. Norberto González (47) lo ilustra cuando cuenta su propia historia. Sufrió un ACV viviendo sin techo y cuando cumplió con su internación se quedó a vivir en los pasillos del hospital, durmiendo en los bancos de la guardia hasta que se contactó con el albergue de Sumando Voluntades, donde vive desde hace dos semanas. Pero antes, cuando todavía estaba en la calle tuvo un principio de neumonía. El ACV le dejó secuelas: una mano inmovilizada, convulsiones frecuentes. Ahora tramita una pensión con la idea de poder dejar el albergue y conseguir un lugar propio.

SIN CASA, EN SILLA DE RUEDAS Y A LA ESPERA DE UNA OPERACIÓN Y UNA PENSIÓN

Roberto Argüello (59) cuenta que llegó desde Formosa a La Plata en 2006 y que, después de perder su trabajo, se le sumaron los problemas económicos hasta que terminó en la calle. Pero lo hizo en silla de ruedas, ya que a un problema que tenía en las rodillas se le sumó más tarde otro en la cadera y a partir de eso le diagnosticaron artrosis: “vivía en una plaza y un día se me acercó una señora testigo de Jehová y me habló del albergue de Sumando Voluntades. Ahora vivo acá desde setiembre y espero turno para poder operarme. Además tramito una pensión para ver si puedo, por lo menos, alquilarme algo”

 

 

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