Para los exiliados en Miami, el cambio de mando es puramente “cosmético”

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MIAMI

Los cubanos de Miami aguardan con cautela o un marcado pesimismo el resultado de la votación parlamentaria de la que surgirá el nuevo presidente de Cuba, que para algunos es “una oportunidad para el cambio” y para otros “una auténtica farsa”.

El ex congresista demócrata Joe García, nacido en EE UU hace 54 años y recién regresado de Cuba, subrayó que hay consenso acerca de que “se necesita un profundo cambio” en la isla y de que ese cambio no debe ser cosmético sino “quirúrgico”.

El relevo presidencial “invita” a una “oportunidad de cambio”, que debería ser aprovechada tanto por el Gobierno cubano como por los cubano-estadounidenses, dice García, defensor de la política de apertura a la isla del anterior presidente de EE UU, Barack Obama.

En el otro extremo están las organizaciones de exiliados cubanos, que mostraron ayer su escaso entusiasmo ante “la pantomima” de votación en Cuba, cuya Asamblea Nacional propuso ayer al ingeniero Miguel Díaz-Canel (57) como único candidato a presidente, una decisión que hoy será ratificada oficialmente y con la que se pondrá fin a seis décadas de los hermanos Castro al mando del gobierno en la isla.

“Eso es una pantomima, es un país donde no hay elecciones. Ya el cubano se acostumbró al descaro de esta gente y esto es una de las tantas cosas más”, dijo Tomás Hernández ( 75), mientras compartía un café “coladito” en el Café Versailles de la Pequeña Habana, el bastión cubano en Miami, Florida.

A unos pasos, un puñado de activistas había desplegado una gran bandera cubana, junto a un cartel que decía “Freedom for Cuba” (Libertad para Cuba) y un gran parlante que inundó la cuadra con el son de Celia Cruz.

“Una vez más pedimos la libertad verdadera, no el cambio cosmético que quiere hacer el régimen de La Habana, poniendo a uno y quitando al otro”, señaló Osvaldo Hernández, delegado de la organización anticastrista Vigilia Mambisa.

Tras el triunfo de la revolución en 1959 y la elección de Fidel Castro como presidente en 1976, Cuba sólo ha tenido una transición real, cuando en 2006 se enfermó y le pasó el mando a su hermano menor.

Fidel Castro murió a fines de 2016 y ahora es Raúl, de 86 años, quien cederá su asiento a un representante de la nueva generación.

Miguel Díaz-Canel Bermúdez, profesor universitario en los inicios de su carrera, fue miembro del buró nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas y primer secretario del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC).

El domingo, el Movimiento Democracia, una de las organizaciones anticastristas más influyentes en Miami, reunió a decenas de exiliados en la Pequeña Habana para “protestar por la sucesión de poder en lugar de la transición en el país”, según explicó su presidente Ramón Saúl Sánchez.

En Washington, la representante cubano-estadounidense por Florida Ileana Ros-Lehtinen dijo en un comunicado el martes que esta votación “no es un punto de inflexión”.

En cambio, afirmó, “el régimen seguirá dando refugio a terroristas” y Cuba seguirá “expandiendo su colaboración con Rusia, China, Corea del Norte, Venezuela y otros estados paria”. (EFE y AFP)

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