La Ciudad, otra vez, al borde del colapso

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Por LUIS MOREIRO
lmoreiro@eldia.com

Lluvia, viento y granizo y una Ciudad que peligrosamente quedó otra vez al borde del colapso.

La triste combinación de lo elementos ya citados se repite como una trágica letanía que a todos nos traslada inmediatamente a la infausta jornada de la inundación del 2 de abril de 2013.

Las calles convertidas otra vez en ríos. La mirada preocupada que se adivina en cada vecino. Es el miedo ante la hipotética reiteración de aquella maldita tragedia que, a no dudarlo, marcó a toda una generación.

Llueve en La Plata y ante el panorama multiplicado por miles de fotos, de videos y de testimonios que se recogen en las redes, surge a las claras que la lección parece no haber sido aprendida por aquellos que tienen la responsabilidad de velar por la seguridad de todos.

Cientos de bolsas de basura flotaban ayer, como islas solitarias, en medio de las calles anegadas. Cientos de bocas de tormenta colapsaron al estar tapadas por miles y miles de hojas de árboles que, en pleno otoño, se recuerda, nadie se ocupó de recoger, o de barrer.

Al mediodía, cuándo el sol comandaba el día desde el cielo y la temperatura rondaba los 30 grados, desde el Servicio Meteorológico se anunciaba ya la llegada del temporal para la tarde. Otra vez -como en 2013- desde el municipio faltó reacción.

¿Hubo alerta municipal? ¿Se montó un operativo especial para, precisamente, recoger la basura que, como es habitual, reina en las principales calles de la ciudad a cualquier hora del día? ¿Algún vecino puede dar cuenta de haber visto a operarios municipales limpiando de manera preventiva los desagües o bocas de tormenta, al menos, en los barrios que, se sabe, son propensos a inundarse?

La lección, evidentemente, no fue aprendida y desde la Comuna, lamentablemente, se olvidaron otra vez de hacer los deberes. Un error, que cuando se mira hacia atrás, a no dudarlo que se debe catalogar como imperdonable.

Ayer, en Tolosa, hubo kayacs navegando por las calles.

Las prometidas obras de infraestructura siguen avanzando, aunque con demoras mientras la espada de Damocles pende sobre la Ciudad.

Ayer la naturaleza dio otro aviso. Es hora de que empecemos a escuchar y a prevenir. Pero seriamente, claro está. ¿O es necesario aclarar que en estas cosas, a los platenses, se nos va la vida?

 

 

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