Un temporal de lluvia y granizo puso en alerta otra vez a la Ciudad
Edición Impresa | 30 de Abril de 2018 | 01:08

Las intensas lluvias de este fin de semana volvieron a castigar a nuestra zona, principalmente el viernes que vinieron acompañadas con la caída de granizo, que causó daños en algunas viviendas y a centenares de automóviles, además de calles anegadas en distintos barrios.
En esta oportunidad, hasta el cierre de esta edición, afortunadamente no se habían registrado secuelas de tanta gravedad, aún cuando continuaron ayer las abundantes lluvias, en tanto que desde la Comuna local se aseguraba que se mantenía un monitoreo constante de todas las áreas operativas.
En esta ocasión parece haber surgido unanimidad, tanto por parte de los técnicos como de los propios vecinos afectados, en que la falla principal se concentró en la saturación de la capacidad de las bocas de tormenta que, por encontrarse obstruidas, no canalizaban debidamente hacia las redes de desagües el voluminoso caudal de las aguas.
Mientras se aseguraba que la cuenca del arroyo El Gato funcionaba bien, fue quedando en claro que las redes de desagüe que corren por los distintos barrios no alcanzaba a escurrir en debida forma, originándose a partir de allí grandes anegamientos en las zonas mejor urbanizadas. Los funcionarios comunales alegaron que cada vez que paraba de llover, el sistema del casco urbano se vaciaba en media hora.
Por cierto que los mayores anegamientos se hicieron en sentir en toda la periferia, ya que gran parte de ella carece de redes de desagüe, ya que el agua escurre y drena por zanjas de distinta capacidad, algunas entubadas y otras no, en tanto que muchas de ellas se encuentran necesitadas, desde hace mucho tiempo, de trabajos limpieza y desobstrucción.
En muchas oportunidades se aludió en esta columna a la necesidad imperiosa de que se desobstruyan en forma continuada las redes secundarias de desagües, a la vez que también deberían intensificarse las tareas de zanjeo y limpieza de los pequeños canales que en la periferia vierten sobre los arroyos, la mayoría de ellos, habitualmente tapados por pastizales o escombros. No así buena parte de los arroyos, que han sido canalizados debidamente en los últimos años.
Está claro que resulta esencial que se cumpla en forma prioritaria con el plan de grandes obras hídricas en marcha en La Plata, que resuelva el tema de la infraestructura obsoleta del sistema integral de desagües de nuestra ciudad y el de la red de arroyos de la periferia, incapaz de absorber los grandes volúmenes de agua que la ciudad descarga sobre ellos.
Pero además resulta imprescindible que se atienda al sistema secundario que corre por el Centro, en barrios y varias localidades vecinas, despejándose a los ductos principales, a las cañerías, a los registros y bocas de tormentas habitualmente tapados por hojarascas y todo tipo de residuos.
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