“El secreto es no pensar que lo único que debemos hacer es enseñarles a jugar al fútbol”

Para Agustín Alayes, secretario técnico de Estudiantes, las denuncias en Independiente representaron un “llamado de atención”. Desde Gimnasia, Leandro Martini dice que es clave contener a los chicos

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Martín Cabrera

mcabrera@eldia.com

El mundo del fútbol está en alerta. Los abusos sufridos por jugadores juveniles en algunos clubes encendieron la alarma de una problemática que lleva años y que en la medida que pasa el tiempo es cada vez más compleja. Agustín Alayes, el secretario técnico de Estudiantes y coordinador del fútbol de la institución habló de este problema. Contó cómo trabajan para contener a sus jugadores pero, por sobre todas las cosas, cómo se los educa para alejarlos de malas influencias.

-¿Cómo tomaron todo lo que pasó en el mundo del fútbol? ¿Hasta dónde los sorprendió?

-La verdad que todo lo que se está dando a la luz me sorprende porque no esperaba y no pensé nunca que podría haber una red con abuso y trata de personas. Estoy sorprendido y, como parte del fútbol juvenil de Estudiantes, preocupado y ocupado. Fue un llamado de atención que nos hace rever todo lo que se venía haciendo.

-¿Cuál es la situación de los juveniles de Estudiantes?

-En los últimos años hemos abordado de manera intensiva y seria el manejo del fútbol juvenil en el Club. Más allá de lo físico, táctico y futbolístico, les hemos ocupado el día con otras actividades importantes para su vida privada. Pasan el día dentro del Country porque llegan a la mañana temprano, se entrenan y luego de un breve descanso y del almuerzo, cursan el secundario para adultos que funciona dentro del predio de City Bell. Nos gusta estar presentes y colaborar con los chicos. Tenemos, además, un departamento de ayuda social (coaching y psicología) que nos permite estar más cerca de sus problemas y concientizarlos respecto a diferentes situaciones que les tocará afrontar a lo largo de sus vidas, más allá del fútbol.

-Que la pensión funcione en el Country ayuda mucho, ¿no?

-Esa fue una de las primeras medidas que tomamos cuando empezamos con este proyecto. El Country está en un escenario geográfico ameno. Un buen contexto y un buen entorno ayuda a que los chicos no estén cerca de los vicios y malas influencias. Ojo, eso solo no alcanza y hay que estar todos los días cerca de ellos.

-¿Hasta dónde los clubes tienen poder sobre los jugadores? ¿Los aconsejan respecto a sus representantes?

-Algunas cuestiones son difíciles de erradicar. El contacto que hay de intermediarios y representantes es bastante difícil. Incluso sería muy cruel querer erradicarlo porque hay muchos que realmente trabajan bien y son un complemento con lo que hacemos los clubes. Pero, como en todos los oficios, hay un grupo que son malas influencias y no colaboran con el desarrollo futbolista e intelectual. Nosotros inculcamos pautas de convivencia y comportamiento que hacen al orden. Reconozco que esta situación, que ha trascendido, nos hace revisar y replantear un montón de cosas. No podemos conformarnos con nuestro trabajo. Entre escuelita, fútbol infantil y juvenil estamos hablando de casi 700 chicos que están relacionados con nosotros a diario. Son 700 posibles conflictos.

-¿Por qué se permite que un representante les dé celulares, ropa deportiva y hasta les firme contratos paralelos?

-Es un tema complejo que excede a los clubes.

-¿Hubieron casos similares a los ahora investigados en tu época de futbolista o ahora que cumplis un rol de formador?

-Sinceramente no de todo ésto. Sí existieron cosas relacionadas al comportamiento, la violencia familiar, las drogas y eventualmente el contacto de alguna persona, pero no esto, una red o un grupo de gente que hace de esto un negocio. No quiero pecar de soberbio, pero no hubo o no lo identificamos un problema así de grave. Por eso, esta situación nos alerta y nos hace trabajar más fuerte todavía.

-¿Creés que con todo lo que salió a la luz se va a erradicar de verdad el problema?

-La problemática está, lo que no tiene que pasar es abordarla ahora porque está en boca de todos pero dentro de seis meses los clubes u organismos del estado o la AFA dejen de trabajar en el caso. A partir de lo que pasó tenemos que actuar todos en la prevención y de manera sostenida.

es entender que si no firman contrato no se acaba el mundo ni la vida futbolística para ellos. Entre los que no firman, hay sobrados casos que han encontrado su lugar como para poder expresarse en otros lados y seguir carreras, y hasta hay casos que después han vuelto al Club.

 

 

 

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