“Todavía no puedo creer todo lo que vivimos”

Debut en Primera, gol y triunfo. Su padre de DT en el banco, y el resto de su familia, lo vivió alentando desde la tribuna

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Por WALTER EPÍSCOPO
wepiscopo@eldia.com

Seguramente Nicolás Darío Ortíz, jamás olvidará la noche del lunes 14 de mayo de 2018. Hacía tiempo soñaba y esperaba su momento, pero ni cerca pensó que sería así.

“Más no le puedo pedir a Dios”, dice con emoción el zaguero central, que a los 23 años recién cumplidos (el 4 de marzo pasado) tuvo la chance de debutar en Primera División. “Uno trataba de estar tranquilo, pero veía que compañeros más chicos iban teniendo la chance y uno no, y eso te genera incertidumbre. Pero este primer paso ya está, y más no puedo pedir por como fue”, señala, y enseguida recuerda, “llegué a mi casa y la verdad que no podía dormir. Tenia la cabeza a mil, pero con mucha felicidad, re contento gracias a Dios”.

Su madre, hermanos, sobrinos y amigos estuvieron en la cancha; desde Mendoza hubo emoción hasta el llanto de los abuelos y otros familiares. Sin dudas fue muy fuerte todo , por que en el banco interinamente estaba su padre, y no era un dato menor.

“Yo solo traté de concentrarme en mi trabajo, en hacerlo bien, después lo que digan no me importa. Yo solo quiero hacer las cosas bien”, afirma Nico, quien además del segundo nombre y el apellido, y el puesto en la cancha, también heredó lógicamente de su padre, el apodo de “Indio”, como se conoce a su padre desde hace décadas en el mundo del fútbol.

El juvenil habló con este medio donde contó sus sensaciones tras el debut con gol, y el triunfo en el Bosque ante la Lepra en la última fecha de la Superliga.

Visitó la redacción de este diario y, entre anécdotas y vivencias, también se emocionó al ver algunas fotografías de su papá en el archivo de nuestro medio. Son momentos especiales para el zaguero.

- ¿Cuántas veces repasaste lo que fuiste viviendo estos días desde que terminó el partido ante Newell´s?

- Y, mil veces... Todo alegría es, sinceramente estoy muy contento. Te digo la verdad, todavía no lo puedo creer, lo ocurrido el lunes fue maravilloso. Todavía no puedo creer todo lo que vivimos, fue emocionante.

- ¿Y cómo fueron las horas previas concentrado en la Casona? ¿Tenías ansiedad, nervios, estabas tranquilo?

- Un poco de todo. Ansiedad. Nerviosismo. Con ganas de que el partido llegara lo más rápido posible. Pensaba jugadas, al rato pensaba en la familia... en todo. La verdad que en esos momentos se piensa en todo. Antes del partido me transpiraban las manos, después ya me concentré en el juego.

“CREO QUE FUI DE MENOR A MAYOR”

- ¿Cómo fue esa primer pelota que tocaste?

- La primera pelota sacamos nosotros y Fito (Rinaudo) me dice, “la tenés que meter cruzada”. Y bueno, la agarré, la acomodé, la crucé y por suerte salió bien. La peinó el Tanque (Contín). Pero ya con esas pelotas agarrás confianza. Creo que fui de menor a mayor, me sentí realmente bien. Tratamos de hablarnos mucho con Maxi (Coronel) y Alexis (Martín Arias), de acomodarnos, de ordenar al equipo desde atrás, siempre cuando estás ordenado todo se simplifica.

- El sector izquierdo del equipo estuvo conformado por juveniles. Vos en la zaga, Matías Melluso como lateral y el Mono Gómez más arriba. Otra cosa linda ¿no?.

- Sí, es lindo poder jugar juntos. La verdad es que nos entendemos bien, hemos jugado bastantes partidos en Reserva con el Tanque Contín también, y poder hacerlo en Primera, compartir una concentración, te pone muy contento. Espero que sean más los chicos en Primera que puedan ir demostrando todo lo que pueden dar.

- Después de este partido, tal vez hay un antes y un después para vos. Esperabas debutar y eso ya está, rendiste en buena forma, hiciste un gol. Ya te mostraste.

- Sí, pero voy a tratar de no quedarme con eso. Es verdad que fue un muy lindo día, un partido que jamás voy a olvidar, pero ahora hay que ir por más. Tratar de cumplir más objetivos, tener más continuidad en Primera, más roce, uno siempre está en busca de más.

“NO SOÑABA CON TANTO”

- Tu papá en la previa del partido dijo que eras un jugador más del plantel, incluso dijo Ortíz refiriéndose a vos, que solamente en tu casa era tu padre. ¿Igualmente hubo alguna charla en la mesa familiar en la semana?

- No mucho. La verdad, solamente me decía que esté tranquilo, que esto me lo había ganado yo, que disfrute si me tocaba entrar a jugar, y nada más. Incluso cuando el se hizo cargo interinamente del plantel empezó a ir a Estancia Chica por su lado junto a Martín Saggini (su ayudante de campo), ni salíamos juntos de casa para ir a entrenar.

- Si lo hubieses soñado, no podría haber sido mejor. Debut en Primera, en el Bosque, con tu padre en el banco y la familia en la tribuna, ganando y encima hacer un gol...

- Sí, tremendo, sinceramente no soñaba con tanto. Solamente soñaba con cumplir, obviamente que lo que más me importaba era que gane Gimnasia, pero yo con hacer un buen partido y estar a la altura, me conformaba. Lo de mi Viejo fue muy especial también, aunque ya me había dirigido...

UN RECUERDO ESPECIAL

- ¿En serio? ¿En juveniles?

- Sí, y también en Gimnasia. En Séptima División fue. Jugamos contra Unión, en Santa Fe... Y ahora que me acuerdo, ese día también hice un gol (sonríe). Ahí después me dirigió varios partidos. Pero una linda coincidencia ¿no?, me dirigió y me tocó convertir un gol.

 

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