Un certificado de defunción

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JORGE MAZZONE (*)

“Dentro de la gran crisis que atraviesan las especialidades clínicas, la progresiva desaparición de consultorios es una realidad. Los costos se han disparado en una forma tal que se hace económicamente inviable para la mayoría de los médicos. Entre el alquiler, el sueldo de una secretaria, la luz y el gas... hoy se necesitan no menos de 50 mil pesos, lo que incluso compartido entre cuatro médicos (como suele hacerse actualmente para reducir gastos) resulta una suma difícil de sostener con los honorarios que tenemos en la actualidad. Si se tiene en cuenta que el bono básico de IOMA, que representa el grueso de las consultas, hoy está en 201 pesos, hay que atender a no menos de 150 pacientes por mes para que una vez cubiertos los gastos del consultorio y hechos los descuentos te quede un ingreso mínimos para vivir. El atraso en la recomposición salarial de los médicos, tanto en el sector privado como público, ha reducido los ingresos de nuestra profesión a un piso histórico, muy por debajo incluso de lo que se ganaba en la década del 90. Entonces un bono básico de IOMA valía 12 dólares, el equivalente actual a 300 pesos, es decir 100 pesos más de lo que se paga hoy. En términos concretos, esto representa un certificado de defunción para el consultorio particular”.

(*) Presidente del Colegio de Médicos del Distrito I

 

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