La suba del dólar, y las dudas, también llevan a monedas de la región a niveles máximos
Edición Impresa | 9 de Mayo de 2018 | 02:24

Algunas de las principales monedas de América Latina, además del peso argentino, se depreciaron ayer a niveles máximos respecto al dólar, en medio de una ola de incertidumbre que aleja a los inversores cada vez más de los mercados emergentes.
En México, la moneda norteamericana alcanzó su mayor nivel del año, al quedar en 19,57 pesos en la cotización del Banco de México (central). En mayo la depreciación del peso mexicano fue del 4,2 por ciento frente al cierre de abril. En ventanillas bancarias, en tanto, la divisa se vendía hasta 19,95 pesos.
En Brasil, la tendencia del dólar de los últimos tres meses también fue alcista. Entre el 18 y el 24 de abril subió sin detenerse hasta llegar a 3,4767 reales por dólar y al promediar la jornada de la víspera llegó a tocar su punto más alto al alcanzar 3,5725 reales.
En Chile, el dólar cerró ayer con una suba de 5,7 pesos respecto al día anterior y se ubicó en 635,30 pesos, con lo que acumula un alza sostenida en siete jornadas consecutivas.
También el peso uruguayo se depreció ayer 2,49 % frente al dólar estadounidense al término de las operaciones de la jornada en el mercado de cambio libre de Montevideo, según datos del Banco de la República Oriental del Uruguay (BROU). Terminó para la venta 30,80 pesos y para la compra 29,60 pesos.
En Colombia, en tanto, el dólar empezó a cotizarse en la jornada de ayer a 2.836 pesos y alcanzó un precio máximo de 2.840 pesos.
Analistas coinciden en señalar que la incertidumbre causada por el anuncio de Estados Unidos de retirarse del acuerdo nuclear con Irán también impactó negativamente en los mercados emergentes.
Mientras, el petróleo recuperó pérdidas en los principales mercados a causa de una preocupación por el abastecimiento global tras el regreso de las sanciones contra Teherán.
La recuperación económica de Estados Unidos, donde el índice de desempleo se mantiene en mínimos históricos, fortaleció la cotización del dólar a nivel mundial, que se volvió un atractivo para los inversores.
A su vez, la suba de la moneda norteamericana, opinan analistas, amenaza con encarecer el financiamiento externo de los países latinoamericanos, algo que complica las cuentas públicas de los Gobiernos y preocupa a los inversores.
En ese escenario, los fondos globales se lanzan en busca de mejores rendimientos como los que pagan los bonos del Tesoro de Estados Unidos. La Reserva Federal estadounidense (FED) sigue partiendo de un crecimiento económico moderado en ese país y de un desarrollo estable del mercado laboral.
En líneas generales se estima que la FED subirá este año al menos dos veces más las tasas, tras la última suba de marzo. En base a las perspectivas inflacionarias, algunos expertos prevén incluso tres aumentos adicionales durante 2018, algo que profundizaría la tendencia de salida de capitales de países emergentes hacia Estados Unidos.
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