Datos inquietantes sobre el consumo de drogas en la Región

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Hace ya mucho tiempo que se conocen referencias demostrativas de la instalación y crecimiento del narcotráfico en nuestro país y, en ese contexto, no pueden dejar de analizarse algunas conclusiones relacionadas al operativo realizado en las últimas horas, en el que fue detenida en Berisso una mujer que poseía 3.300 dosis de ácido lisérgico, al cabo del procedimiento considerado el más importante de la historia en la Región con ese tipo de droga.

Según se detalló, la detenida ya tenía todo dispuesto para la venta de las dosis en boliches bailables de La Plata, Berisso y Ensenada a razón de 800 pesos la unidad. Cabe señalar que el LSD 25 es conocido en el argot del consumo de drogas como “La Pepa”, en alusión a la designación de la granada explosiva en la guerra civil española.

Se trata de una sustancia con propiedades psicodélicas, cuya fabricación está prohibida desde la década del ‘60 y se presenta en papeles embebidos para el consumo por vía oral. El episodio acentuó la inquietud existente en un escenario que, como el regional, cuenta con datos en alza referidos al movimiento de drogas y al consumo que, a su vez, explican también el aumento de la actividad delictiva.

El consumo y secuestro de estupefacientes en la Región creció de manera considerable en lo que va del año, si se lo compara con las cifras oficiales obtenidas en 2017. Datos oficiales revelan que la incautación de marihuana se multiplicó exponencialmente, de 20,5 kilos en el periodo enero-mayo del año pasado a 222,7 kilos en este. Y la de cocaína, que pasó de 3.820,7 gramos a 3.958,7, aunque la suba se advierte más en los últimos dos meses donde se triplicaron los casos.

Un jefe policial del área asoció el incremento del secuestro de marihuana en La Plata con el volumen del tráfico y consumo e indicó que es mucho más barata que la cocaína. Otro factor fundamental, dijo, es que existe la convicción en la gente que no es delito, en referencia a la penalización (Ley 23.737) de la tenencia y comercialización en un escenario de presencia de la denominada “cultura cannábica”, que estimula la producción casera.

Sea como sea, está muy claro que las autoridades responsables deben reaccionar con la máxima energía, en el marco de la legalidad, dotando a las estructuras policiales y judiciales específicamente encargadas de esta tarea, de equipamientos y recursos suficientes como para prevenir, investigar y sancionar este delito. Tal como ya se dijo, el narcotráfico organizado ha demostrado, con creces, su capacidad para corromper la vida y la salud de las personas y de los países. Por todo ello, su combate debería ser un objetivo prioritario y, dado el poderío demostrado por estas organizaciones, la lucha deberá librarse en forma continuada y en todos los campos en donde la droga esté presente.

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