De proscrito a artillero implacable en España

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“Rossi es un gran jugador. Tiene algo más allá del instinto goleador: su inteligencia para encontrar los espacios y aprovechar al máximo nuestros errores”. Telé Santana, el mejor entrenador de la Copa del Mundo de España 1982, describió mejor que nadie a Paolo Rossi, el futbolista más destacado de Italia, y uno de los más determinantes para un campeón del mundo en toda la historia.

Pablito llegó a España después dos años de inactividad, ya que en 1980 fue suspendido por ser protagonista del escándalo de apuestas conocido como Totonero. A pesar de su falta de ritmo futbolístico, el técnico Enzo Berzot decidió convocarlo de todos modos para el Mundial. Esa fue la decisión que le dio el título a la Azzurra.

En 1978, con 21 años, Rossi fue una de las figuras de ese Mundial. No llegó bien, pero su categoría le alcanzó para ser el ícono italiano y el goleador de la máxima cita mundialista.

 

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