Un final largamente anunciado

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La caída de Federico Sturzenegger se asemejó a un final anunciado. En la mesa chica del Gobierno venían cuestionando la política del Banco Central frente a la corrida del dólar que llevó al presidente Mauricio Macri a recurrir al Fondo Monetario, y luego ante la mini-corrida de esta misma semana, que hizo saltar la cotización de la divisa norteamericana de 25 a 28 pesos.

Sturzenegger asumió esos cuestionamientos y ayer se presentó en la quinta de Olivos para ofrecer su renuncia al Presidente, que no la rechazó. El economista reconoció, en una carta de dimisión, que “diversos factores deterioraron” su credibilidad al frente de la autoridad monetaria. Pareció asumir de ese modo las críticas que condicionaron a su gestión.

En su reemplazo, Macri designó en comisión a Luis Caputo, quien deberá recibir el aval del Senado. El ahora ex ministro de Finanzas venía tratando con los principales banqueros del país, a los que explicó el acuerdo con el FMI, por lo cual su llegada al BCRA no toma por sorpresa al sector financiero. Aunque trascendió que hubo otros candidatos que no aceptaron el cargo. Caputo es un amigo de toda la vida del presidente Macri y goza de su entera confianza. Su salida del Gabinete dejará la cartera de Finanzas fusionada con el Ministerio de Hacienda que comanda Nicolás Dujovne. El coordinador del área económica del Gobierno estuvo ayer en Olivos junto al jefe de Estado y acordó con él los cambios tanto en el Banco Central como en Finanzas.

Dujovne, cuya influencia crece, y Caputo tendrán que instrumentar el acuerdo con el Fondo, que consistirá en un ajuste de las cuentas públicas. Aunque los especialistas advierten que el problema más acuciante que tiene la economía es el “estrangulamiento externo”, que se encarna en la escasez de dólares por fuga de capitales, déficit de la balanza comercial y las compras por turismo.

 

 

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