Al final, tomar vino a diario… ¿mejora o compromete la salud?

Médicos argentinos debaten por estos días en dos encuentros paralelos las ventajas y riesgos de su consumo habitual

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Desde que hace unas décadas los investigadores comenzaron a dar con evidencias de que el consumo regular de vino podía ser beneficioso para la salud cardiovascular, el debate de hasta qué punto ese beneficio justifica un eventual daño hepático no ha cesado de sumar tanto voces en contra como a favor. De hecho, esta discusión constituye por estos días el eje de dos encuentros paralelos que reúnen en la ciudad de Buenos Aires a médicos de distintos países.

Mientras que en Hospital de Clínicas se desarrolla el Coloquio Internacional de Vino y Salud, a pocas distancia de allí, en el hotel Sheraton de avenida Córdoba, el Simposio Internacional de Enfermedad Hepática Alcohólica reúne a decenas de médicos en torno a las enfermedades que produce el consumo nocivo de alcohol. En ambos casos, sin embargo, el consejo de la moderación se erige como el principio excluyente para beber alcohol.

Así lo aclara de hecho, el doctor Raúl Pastor, jefe de la sección Polifenoles, Vino y Salud de la Cuarta Cátedra de Medicina Interna del Hospital de Clínicas, al precisar que “la dosis recomendable de vino es de 125 centímetros cúbicos (cc) para la mujer y 250 para el hombre”, y que “300 cc es el máximo diario que se aconseja no sobrepasar”.

LA PARADOJA FRANCESA

Uno de los expositores del Coloquio Internacional Vino y Salud, Pastor cuenta que el encuentro se basa en la llamada “paradoja francesa”, un concepto que tiene origen en un estudio sobre consumo de alimentos en 26 países realizado en la década del 80 por la Organización Mundial de la Salud. Gracias a este estudio “se supo que Francia tiene las cifras más bajas de mortalidad per cápita, a pesar de su alto consumo de grasas, lo que se le atribuye a la incorporación del vino en la dieta”, explica Pastor.

“Los franceses tienen un alto consumo en grasas pero el vino los protege, lo que marca el aspecto paradoja. Es una protección que se logra al adicionar el alcohol a una dieta no saludable. Ocurre que el vino tiene más de 500 polifenoles, que son compuestos químicos presentes en la piel de la uva que ayudan a la prevención y reducción del estrés oxidativo que nos va deteriorando, un tipo de estrés que está relacionado con las enfermedades crónicas y sobre todo las cardiovasculares”, explica el especialista.

Con todo lo beneficioso que puede llegar a ser el consumo moderado de vino en forma regular, “no es necesario ingerir cantidades exorbitantes de alcohol para que progresivamente vaya produciéndose daño en el organismo”, aclara por su parte la doctora Beatriz Almeigeiras, presidenta de la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado, y una de las voces del Simposio sobre Enfermedad Hepática por Alcohol.

“Si bien una copa de vino, el equivalente a 25 gramos de alcohol, no es nociva e inclusive se habla de beneficios en las enfermedades cardiovasculares, no es lo mismo en el caso de las enfermedades hepáticas o neurológicas donde las investigaciones demuestran la enorme incidencia del alcohol”, explica la especialista al advertir que el exceso de bebidas alcohólicas incrementa el riesgo de enfermedades psiquiátricas, cáncer de boca, faringe, laringe, esófago, hígado, colon, recto y mama, así como tambien la disfunción sexual.

“El exceso de alcohol representa a su vez la tercera causa de muerte prematura y discapacidad a nivel mundial” y es además “un factor influyente en accidentes de tránsito, violencia doméstica y suicidio. Decidimos poner el foco en este problema porque muchas veces la comunidad ignora lo que puede desencadenar”, dice por su parte Raúl Adrover, miembro de la comisión directiva de la Aaeeh.

Segun datos de la SEDRONAR, en el último año surgieron en el país unos 2.299.598 nuevos consumidores de alcohol, de los cuales 319.994 son preadolescentes y adolescentes.

 

No es necesario ingerir cantidades exorbitantes de vino para que progresivamente vaya produciéndose daño en el organismo. Además su consumo excesivo de alcohol puede contribuir al desarrollo de más de 60 enfermedades, incluyendo condiciones que afectan principalmente al hígado y a los sistemas nervioso central y cardiovascular”.

Beatriz Ameigeiras -  Presidenta de la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado

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El vino tiene más de 500 polifenoles, que son compuestos químicos presentes en la piel de la uva que ayudan a la prevención y reducción del estrés oxidativo que nos va deteriorando. Este tipo de estrés está relacionado con las enfermedades crónicas y sobre todo las cardiovasculares que representan la primera causa de muerte a nivel mundial”

Raúl Pastor - Jefe de la sección Vino y Salud de la Cátedra de Medicina Interna del Hospital de Clínicas

 

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