Una decisión consensuada entre el técnico y los jugadores que terminó dando sus frutos

Se notó la mano de los futbolistas en el armado del equipo, que mostró su mejor cara con un sistema práctico y sencillo: 4-4-2

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Por ADRIÁN D'AMELIO
adamelio@eldia.com

Después de tantas idas y vueltas, de pruebas y contramarchas sobre el dibujo táctico del equipo en los dos partidos previos (Islandia y Croacia) era sencillo: poner en cancha frente a Nigeria lo más práctico que le cabe a esta selección argentina: un 4-4-2.

En el fondo, Gabriel Mercado (llegó para mandar el centro para el gol de Rojo) y Nicolás Tagliafico por las bandas derecha e izquierda respectivamente, mientras que en la zaga se pararon Nicolás Otamendi y Marcos Rojo (se encargó de darle la clasificación al conjunto albiceleste con un implacable derechazo apareciendo en una zona inusual para el defensor de nuestra ciudad) tomando en zona a los delanteros de Nigeria.

Además, la figura de Franco Armani en el arco le terminó dando seguridad a la última linea del equipo. El arquero de River se mostró sólido en cada intervención -tuvo una gran tapada a Odion Ighalo- y jugando con los pies nunca se comprometió.

En el mediocampo otros cuatro hombres: Enzo Pérez por la derecha y Angel Di María por la izquierda. Al ex jugador de Estudiantes (se dice que no estaba al cien por ciento en lo físico) le faltó proyección; mientras que el “Fideo” tuvo más ganas que claridad por su carril.

En el tándem formado por Javier Mascherano y Ever Banega quizá estuvo lo mejor. Por un lado, Masche (terminó con un corte en la cara y con sangre) se dedicó a cortar y pasar la pelota y no a distribuirla como había sucedido en otros partidos.

En lo que respecta a Banega se vio la mejor versión del mediocampista del Sevilla de España con el seleccionado argentino. Manejó los tiempos del equipo en gran parte del partido. Tuvo criterio y panorama para la distribución del balón. En la primera parte resultó ser el “socio ideal” de Messi y fue quien le puso el pase en profundidad para que La Pulga marque la apertura del marcador en el Estadio de San Petersburgo. Un acierto del aspecto táctico.

Arriba dos puntas. Leonel Messi y Gonzalo Higuaín. En realidad, el crack del Barcelona se tiró unos metros atrás para entrar en contacto con la pelota. Lo mejor suyo estuvo en el tramo de la etapa inicial, donde además se encargó de marcar un golazo de derecha ingresando al área apareado por el defensor de Nigeria, Kenneth Omeruo sacando un remate cruzado que superó al arquero Uzhogo.

En lo que respecta al Pipita se lo mostró muy estático y fue una fácil presa de los defensores. En el segundo tiempo disparó solo de frente al arco sobre el travesaño, que hizo recordar a otra “jugadas fatídicas” del delantero de la Juventus con el seleccionado.

Después en lo que se refiere a los cambios fueron puesto por puesto Cristian Pavón por Enzo Pérez y Maxi Mesa por Di María salvo el Kun Agüero por Tagliafico.

En lo que tiene que ver con el tema de la semana del armado del equipo consensuado entre el técnico y los jugadores se notó dentro de la cancha. A Sampaoli se lo vio con mucho menos protagonismo e inclusive cuando ingresó Pavón, el que le terminó dando la última indicación al delantero de Boca fue Lucas Biglia. Todo dicho.

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