El árbitro tuvo una actuación correcta en un partido que se tornó difícil

Edición Impresa

Por JORGE VIGLIANO
Ex árbitro de Primera División

A diferencia del jueves anterior, cuando escribí esta columna a minutos del 0-3 con Croacia, ahora lo hago sensibilizado por el pase a octavos, contento por la gente que viajó apoyando permanentemente, por los que se quedaron en Argentina con expectativas y confiados, por el fútbol argentino todo y muy especialmente por este grupo de jugadores que en cuatro años jugó tres finales, perdiendo dos por penales y uno en el alargue. Y hoy apareció el mote de fracasados y pecho fríos, de la gloria al fracaso hubo sólo once metros: el punto del penal.

Yendo al tema arbitral, el reconocido juez turco Cüneyt Çakir tuvo una actuación correcta, en un partido que se tornó difícil a partir del penal y lo controló pitándolo más.

A esa altura del partido, alguna acción ameritó amonestación, por ejemplo, la falta de Mercado finalizando el primer tiempo.

Seguramente la incidencia directa de las amarillas en caso de igualdad en puntos y goles le quitó severidad en este rubro.

La situación central del partido fue el penal, esta fue una acción límite, fronteriza, gris, donde prima decididamente la interpretación del árbitro. Por lo tanto no tengo elementos objetivos ni instrumentos que puedan medir la fortaleza de la sujeción. En estos casos se apoya siempre la decisión.

Fue exagerada la charla y discusión de los jugadores nigerianos con el árbitro después de la mano de Rojo insancionable, porque antes de dar en la mano da en la cabeza.

Este tema de jugadores reclamando para utilizar el VAR en cualquier situación menor de juego debe ser abortada cumpliendo con el protocolo del VAR: el jugador que pide debe ser amonestado.

El VAR es una herramienta que utilizan, complementándose, únicamente el juez de campo y el juez de sala.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE