No hay vuelta atrás
Edición Impresa | 30 de Junio de 2018 | 02:12

Por MARCELA FRENCIA
Licenciada en Trabajo Social
No hay vuelta atrás, el cambio ya se produjo. El debate se habilitó en el Congreso, y se expandió en las redes sociales, las escuelas, el trabajo, las casas, las universidades, los hospitales, los medios de comunicación. Del aborto no se para de hablar. Los argumentos que se esgrimieron variaban y todo tomó fuerza… Fuerza del convencimiento. Sentirse seguro/a y acompañado/a. Algo colectivo. Somos miles que pensamos lo mismo. Y ahora nos empiezan a ver.
Es la revolución pueblo feminista, que a pesar de crecer al calor de una cultura con profundas raíces católicas supo debatir, decidir, razonar por sí mismo y/o respetar la decisión del otro. El propio campo religioso supo marcar el rumbo a sus gobernantes y a las cúpulas eclesiales. Las/os diputadas/os supieron oír el pedido del feminismo en boca de las masas, supieron leer el proceso y a pesar de lo costoso que les podía resultar, votaron para que las mujeres pueda decidir.
El aborto es una realidad en nuestro país, las mujeres abortaron y abortan a pesar y con el peso de la clandestinidad y la criminalización. Las mujeres independientemente de su religiosidad y ante un embarazo no buscado, deciden interrumpirlo.
La ilegalidad del aborto no solo profundiza las desigualdades sociales empujando a las mujeres que quieren abortar a la clandestinidad, sino también se las violenta, se las fuerza al tutelaje y a que otros decidan por ellas.
La Campaña por el derecho al aborto Legal, seguro y gratuito, supo darse las estrategias, supo sostenerlo en el tiempo, supo organizarse, supo armar y defender sus argumentos, expandirlos y ponerlos a disposición de todos, de todas. Ya no se trata solo del aborto, se habilitaron otros debates, se trata de la autonomía, se trata de libertad, se trata de decisión sobre nuestros cuerpos, nuestras proyectos, nuestras vidas y nuestras sexualidades. Se trata de desarmar el patriarcado desde su núcleo más fuerte.
Ahora se discute en la Cámara de Senadores, y la histórica deuda se va a saldar empujada por una marea verde de miles de personas al frente del Congreso esperando la ley.
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