Una sucesión de improvisaciones y errores pusieron en evidencia las falencias de un técnico sin autoridad
Edición Impresa | 1 de Julio de 2018 | 07:48

Por ADRIÁN D'AMELIO
adamelio@eldia.com
Con el partido de Francia, Jorge Sampaoli dirigió su partido número 15 al frente del seleccionado argentino. El entrenador nunca repitió la misma formación y para colmo de males “experimentó” de manera constante sin consolidar una formación y una idea base.
Y la jornada de ayer, en el Kazan Arena, no fue la excepción. Sampaoli, con el “doble comando” de los jugadores, puso en cancha un equipo que nunca respondió de manera colectiva y solamente se llegó al gol con un zapatazo de Di María, una jugada fortuita de Mercado y un cabezazo de Agüero en tiempo de descuento.
Se superpobló el mediocampo con volantes (Cristian Pavón, Enzo Pérez, Javier Mascherano, Ever Banega y Angel Di María) con el fin de tener el control de la pelota, manejar ese sector de la cancha y quitarle espacio a los franceses algo que nunca se logró.
En el fondo se colocó a cuatro jugadores (Gabriel Mercado, Nicolás Otamendi, Marcos Rojo y Nicolás Tagliafico), que nunca le dieron seguridad a un Armani, que prácticamente no atajó ningún remate franco al arco y en los goles no tuvo responsabilidad.
Claro que el mayor error desde el aspecto táctico tuvo en jugar con Leonel Messi en lo que se dice de “falso 9”. Argentina nunca tuvo un referente en el área, ya que el capitán del seleccionado se tiraba uno metros atrás para entrar en contacto con el balón, pero eso no era aprovecho por los volantes para ocupar los espacios libres. Aunque Sampaoli recién se dio cuenta de su yerro garrafal a los 20 minutos del segundo tiempo, cuando mandó a la cancha al Kun Agüero por Enzo Pérez, quien no se encontraba al cien por ciento en la parte física y se sumó al equipo por la lesión de Manuel Lanzini estando de vacaciones y dirigiéndose directamente a Rusia para acoplarse al plantel.
Después realizó todos cambios “previsibles” y sin arriesgar: Fazio por Rojo (el ex jugador de Estudiantes no ingresó en el segundo tiempo, ya que se encontraba amonestado) y estando 4 a 2 abajo en el marcador hizo otro cambio posicional: Meza por Pavón, cuando quizá se tendría que haber apelado “a la carga Barracas” poniendo al Pipita Higuaín perdido por perdido.
Además, Sampaoli en la conferencia previa al partido de Francia había dicho que “Argentina iba a jugar con el cuchillo entre los dientes”, pero en ningún momento se vio ese pensamiento plasmado en la cancha, como por ejemplo mandar algunos de los centrales (Otamendi o Fazio) para buscar el milagro algo que hizo hasta el propio Pep Guardiola, sino basta recordar la final del Campeonato Mundial de Clubes entre Barcelona y Estudiantes, cuando el entrenador mandó a Piqué al área contraria para jugar como un centrodelantero improvisado.
Además, Sampaoli nunca se percató de la velocidad de los jugadores franceses como por ejemplo de Kylian Mbappé (19 años, delantero del París Saint-Germain). Claro como dijo en su libro Mis Latidos, el entrenador “no planifica” y los resultados se vieron dentro del campo de juego.
En síntesis, el seleccionado argentino pasó por la Copa del Mundo de Rusia sin dejar absolutamente nada. La actuación del equipo nacional no quedará en la historia de los mundiales.
Se volvieron a repetir errores adentro y afuera de la cancha. No se puede improvisar más. Es hora que el fútbol argentino, desde la dirigencia pasando por los técnicos y los propios jugadores se vuelvan a poner los pantalones largos, ya que sino se seguirá conviviendo con los errores lo que hará más difícil salir de este pozo.
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