May busca dar una imagen de unidad para zanjar la crisis en su Gobierno

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LONDRES

La primera ministra británica Theresa May presidió ayer una reunión de gobierno con caras nuevas tras las dimisiones de dos de sus pesos pesados por las diferencias en torno al Brexit. May afronta el malestar de los euroescépticos de su Partido Conservador, que creen que está haciendo demasiadas concesiones a Bruselas en las negociaciones de salida de la Unión Europea (UE), pero tiene el apoyo de los moderados y, hasta el momento, no hay movimientos para someterla a una moción de confianza.

El ministro de Medio Ambiente, Michael Gove, un euroescéptico cuya reacción suscitaba mucho interés, afirmó en una entrevista que no tenía ninguna intención de seguir el ejemplo de los ministros dimisionarios, David Davis, que ocupaba la cartera del Brexit, y Boris Johnson, ex canciller.

Otro partidario del Brexit, el ministro de Comercio Internacional, Liam Fox, también descartó dimitir, y el nuevo titular de Exteriores, Jeremy Hunt, que había defendido el divorcio con la UE tras haber militado en su contra, dijo apoyar “sin reservas” el plan de May para una nueva relación con los demás países del bloque. Fueron declaraciones tranquilizadoras para May, cuya caída pronosticaban algunos ayer. “Reunión productiva con el gobierno esta mañana, una semana cargada en perspectiva”, escribió la primera ministra en un tuit, con el que dejó claro que no se deja desestabilizar por la situación actual.

El nuevo ministro del Brexit, Dominic Raab, que lidera desde ayer las negociaciones con Bruselas, ya se entrevistó con responsables de empresas para abordar la propuesta que May pretende someter a la UE sobre su futura relación.

Este plan, que prevé instaurar una zona de libre comercio y un nuevo modelo aduanero con los 27 miembros de la Unión para mantener un comercio “sin fricciones” con el continente, tuvo una recepción bastante positiva por parte de los círculos de negocios británicos.

Pese al descontento de los diputados que querían una ruptura clara con la UE, por ahora los partidarios del Brexit puro y duro no son los suficientes para echar a May del poder y no pueden imponer su versión preferida del Brexit a la Cámara de los Comunes. (AFP y EFE)

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