Justo un mes después de que la asaltó, el ladrón volvió por más

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La empleada de una vinería de la avenida 60 le abrió la puerta a una chica, sin imaginar que era la compinche del ladrón que la había asaltado justo un mes antes.

“Es como si todos los 26 viniera a buscar su sueldo”, ironizó Camila, con un poco de humor y mucho de bronca. Esto pasó en la tarde noche del último jueves, cuando la chica estaba sola en el negocio de 60 entre 23 y 24.

“Vi que una mujer quería entrar y le abrí con el pulsador que se activa desde el mostrador”, contó la joven, recordando que la supuesta clienta “dejó la puerta abierta mientras pedía un vino para regalar”.

La empleada quedó paralizada al ver que aparecía en el local el mismo sujeto que la había encañonado y obligado a tirarse al piso justo un mes antes, el 26 de junio.

“Ellos deben haber visto mi reacción y sabían que a él podía reconocerlo”, especuló Camila, convencida de que fue por eso que se mostró primero la mujer.

En respuesta a la orden del hombre, la ladrona condujo a la víctima hasta el bañito que está en el fondo del local.

Allí comenzó a pedirle insistentemente la plata, ya que en la caja no había más que 1.500 pesos “porque un rato antes (los dueños) se habían llevado los billetes grandes”.

La explicación de Camila no evitó que la chica la toqueteara “para revisar si tenía efectivo escondido en la ropa interior”. Cuando ella le hizo notar que eso la ponía incómoda, la agresora le respondió: “Quedate tranquila que no soy torta”.

Después de reclamarle que se quedara quieta porque “vos ya sabés cómo es esto”, la mujer le ordenó a la empleada que se quitara las zapatillas, supuestamente para descartar que allí estuvieran los billetes, pero terminó llevándoselas. La víctima quedó en el baño hasta que el dúo escapó, presuntamente a pie.

“Me sentí muy vulnerable, sobre todo ante la idea de que podían dejarme encerrada ahí y nadie iba a darse cuenta hasta el horario de cierre”, lamentó la chica, quien un rato después hizo la denuncia en la comisaría Quinta.

Así se enteró que una parejita de las mismas características ya había asaltado a otros negocios de la zona- sobre todo los ubicados en la 60- con idéntica modalidad: “Es más, me dijeron la mujer siempre se lleva las zapatillas”, apuntó.

 

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