En la AFIP analizan si algunas empresas investigadas usaron facturas truchas

Una de las firmas es Fainser, que habrían permitido al presidente de Isolux evadir controles y acumular dinero en negro

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La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) investiga si las empresas involucradas en la causa de los “cuadernos de la corrupción” utilizaron facturas falsas que le permitieron burlar los controles de sus auditores externos y acumular efectivo para entregárselo a los funcionarios kirchneristas, según reveló anoche el portal de La Nación.

Una de las firmas investigadas es Fainser, que actuaba como proveedor de la UTE a cargo de la usina de Río Turbio, que emitió 71 comprobantes, solo durante 2015, por un total de $ 384 millones.

En la AFIP sospechan que Fainser, una empresa real, generó facturas falsas por decenas o acaso cientos de millones de pesos a favor del consorcio a cargo de la construcción de la usina termoeléctrica en Río Turbio, que le permitieron al presidente de Isolux, Juan Carlos de Goycoechea, burlar controles y acumular efectivo para entregarle a Roberto Baratta, el segundo de Julio De Vido en el ministerio de Planificación.

La AFIP cree que los ejecutivos de Isolux y de otras empresas que ahora investigados o arrestados, recurrieron a una versión aggiornada de la operatoria del “caso Skanska”. En aquella ocasión, las empresas utilizaron facturas truchas de sociedades fantasmas para sacar dinero de sus balances para sobornos. Pero ahora investigan si empresas como Isolux recurrieron a servicios truchos de empresas reales.

Por ahora, la sospecha permanece dentro de la órbita de la propia AFIP, a diferencia de lo que pasó con otros proveedores de aquella obra que junto a Isolux ya integran una causa penal por facturas truchas que tramita ante el juez en lo Penal Económico, Diego García Berro. Entre ellos, Termipol (que facturó $ 209,7 millones solo durante 2015), Prosetec ($ 107,4 millones) y Juan Antonio Blua ($ 80,8 millones).

Pero las sombras sobre Fainser exceden a la AFIP. Desde Isolux indicaron que Baratta ejerció una “presión brutal” sobre De Goycoechea para que escogieran a esa constructora de Lascurain en desmedro de una competidora, lo mismo que desde Central Puerto afirmaron que ocurrió en el proyecto “Vuelta de Obligado”, donde Fainser participó junto a General Electric y la española Duro Felgueras, y todo terminó en muy malos términos.

“El gobierno (kirchnerista) nos impuso a Fainser, pero cuando se hizo un acto con Cristina [por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner), Lascuráin fue la estrella del evento”, dijo Isolux.

 

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