Declaró Martín Lanatta y el juicio en la Ciudad por la triple fuga pasó a cuarto intermedio

La cinematográfica fuga del penal bonaerense de General Alvear ocurrida en los últimos días de 2015 y que mantuvo en vilo al país durante dos semanas, protagonizada por los hermanos Martín (44) y Cristian Lanatta (46) y Víctor Schillaci 36), los tres condenados a prisión perpetura por el recordado triple crimen de General Rodríguez, comenzó hoy a ser juzgada en La Plata.

Esta mañana los acusados de librar uno de los escapes más espectaculares de los que se tenga memoria, desobedeciendo la sentencia por la culpabilidad de la muerte de Sebastián Forza (34), Damián Ferrón (37) y Leopoldo Bina (35), debieron sentarse en los banquillos del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1, presidido por el juez Juan José Ruiz, en los Tribunales de 7 y 56, por donde se estima que pasarán además unos 100 testigos en un proceso que se extenderá hasta finales del mes corriente.

Junto a ellos era juzgada también Susana Elvira Martínez (54), la suegra de Christian Lanatta. La fiscal Virginia Bravo la acusa de haberle dado dinero a los prófugos el mismo día de la fuga en su casa de Berazategui y de haberle facilitado una camioneta Renault Kangoo gris el 31 de diciembre para escapar. De hecho, existen llamados telefónicos que la comprometen respecto de la presunta ayuda que brindó a los presos fugados.

Como se sabe, el recorrido por los tribunales de los autores del triple crimen de General Rodríguez no finalizará con este caso debido a que, también en La Plata, deberán responder ante la Justicia por el intento de asesinato de los policías Lucrecia Yaduti (35) y Fernando Pengsawath (25) en Ranchos mientras huían de los distintos operativos policiales montados para dar con ellos tras la fuga del penal.

La fuga

El trío estaba en el sector Sanidad de la Unidad Penitenciaria 30 cuando se fugó en la madrugada del 27 de diciembre de 2015. Lo primero que hicieron fue golpear a un guardia que ingresó a hacer el recuento. Lo ataron de pies y manos, lo amordazaron y le robaron los borceguíes, una tricota y las llaves de un auto Fiat 128 y del penal. Luego amenazaron con lo que aparentaba ser un arma a otro guardia. Por fin, siguieron hasta la oficina de guardia donde estaba el jefe de turno, al que le colocaron la supuesta arma en la espalda. Así lograron huir con ayuda de terceros y ya en la calle se subieron a una 4x4.