Escuelas técnicas y un ejemplo de la excelencia formativa

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Luego de haber superado con mucho esfuerzo la contingencia dramática de un incendio que hace poco más de dos años destruyó totalmente sus instalaciones, la Escuela Técnica 2 de Ensenada no sólo logró recomponer su funcionamiento sino que, en la actualidad, sus docentes y alumnos proyectan ya para el futuro, basándose en una serie de convenios celebrados con empresas de la zona para realizar prácticas profesionales y garantizar la salida laboral de los estudiantes.

Tal como se informó en este diario, fue también decisivo el impulso brindado por los padres a través de la cooperadora, que no sólo permitió salir de las cenizas y en poco tiempo estar ahora preparando a los 850 alumnos que asisten a ella, sino también profundizar vínculos con la comunidad a través de diversas iniciativas que posicionan a esa escuela como una de las referentes principales de la enseñanza técnica en la Región.

Las autoridades escolares reseñaron que el colegio tiene tres especializaciones: electromecánica, química e informática y que, para las tres, hay proyectos en marcha que tienen que ver con la comunidad. Se indicó así que los chicos participan de experiencias educativas y prácticas laborales -tienen que tener 200 horas antes de egresar- en empresas de la zona, tales como Siderar y Oxbow Copetro. Estos programas, se dijo, están destinados a potenciar el trayecto formativo de alumnos de nivel secundario, con el propósito de contribuir con la permanencia en este nivel educativo y su posterior inserción en el mundo del trabajo.

En realidad, se habla de un ejemplo más de los tantos existentes en el universo de las escuelas técnicas, que constituye uno de los canales más valiosos de la educación pública en la Argentina. La escuela técnica, tanto por las potencialidades que implica ese aprendizaje para cada uno de los alumnos como por la positiva experiencia que significa vincular a esa formación con las necesidades regionales de la producción, conforma una alternativa de excelencia.

Se ha dicho ya que, frente al problemático panorama planteado por miles de jóvenes que anualmente egresan del secundario, desafiados entre la realidad de una escasa formación propia y la de un mercado laboral cada vez más exigente, la educación técnica se presentan como un recurso formativo de primer nivel.

Cabe reiterar, entonces, que las autoridades y los docentes y directivos de las escuelas técnicas debieran retocar, sólo si hiciera falta -pues existen proyectos oficiales en tal sentido- los planes de estudio, aún cuando ello no debiera en modo alguno impedir que se acentúen las características virtuosas de un servicio educativo que ha demostrado desde hace más de un siglo capacitar a miles de jóvenes, darles salida laboral rápida y mejorar, así, la calidad de vida de la población.

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