¡Gracias Totales!
Edición Impresa | 28 de Agosto de 2018 | 03:24

Por JORGE ZULBERTI (*)
Escribo estas líneas apenas un rato después de conocer la noticia que causó impacto en todo el mundo del deporte y me invaden sensaciones opuestas. Alegría por lo que nos dio / Tristeza porque se va. Orgullo de haberlo enfrentado y tratado / Vergüenza de verlo pasar sin poder detenerlo.
De la misma forma Emanuel se formó y jugó, combinando aspectos y formas opuestas: fue talento y esfuerzo, fue vértigo y pausa, fue locura y tranquilidad, versatilidad y rol específico, ataque y defensa, liderazgo sin estridencias, opulencia y humildad, pasión e inteligencia. Hizo fácil lo imposible, simple lo complejo, condujo y derivó, exigió y se puso al frente, y cundo el inexorable paso del tiempo lo hizo caer en que no podía contra la juventud, doblegó el esfuerzo, hizo dietas, jugó menos, más lento, pero siguió siendo referente desde el ejemplo y la palabra.
GENERÓ ADMIRACIÓN EN TODO EL MUNDO
Generó admiración en todo el planeta, aún de otros inmensos como Michael Jordan, fue el mejor basquetbolista de ésta parte del continente y tal vez uno de los mejores deportistas de toda la historia de nuestro país. Adentro y afuera.
Cambió la historia del Básquet Argentino para siempre.
Reunió magnetismo, profesionalidad, concentración y valentía.
Ganó todo lo que nadie de nosotros hubiera imaginado.
No alcanzan las palabras. Simplemente e invocando a otro genio inolvidable: ¡Gracias totales!
(*) Ex jugador profesional y entrenador. Enfrentó a Manu en la Liga Nacional de nuestro país.
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